Los progresos de la aleación de un día para otro sorprendieron a todos. La fuerza de la aleación era visible y superaba tranquilamente las pruebas que a sus compañeros resultaban complicadas de pasar.
Al poco tiempo se convocó un nuevo simulacro, al cual participarían todos los grupos.
Cuando estuvieron todos reunidos se dieron cuenta de la gravedad de la situación. No llegaban a veinte. El sexto nivel había desaparecido por completo. Del quinto restaban solo dos parejas. Del cuarto y el tercero afortunadamente faltaban solo un par de atacantes y defensores.
Durante ese simulacro los maestros lucharían contra los discípulos, que debían conseguir capturarlos. Los maestros anunciarían cuando un discípulo venía expulsado después de dejarlo fuera de juego.
El campo de batalla estaba delimitado por una cinta roja y abarcaba el pequeño bosque de cerezos, la cascada y los acantilados, por lo que el ejercicio adquiría dificultad por sí mismo.
Dieron la misión al grupo de primer nivel de capturar al maestro Helios, maestro del cuarto nivel.
En el último minuto Caolín informó a Auris y Beril de una misión adicional que no debían compartir con el resto del grupo. Deberían encontrar al Namak.
Comenzó el simulacro y Beril y Auris avanzaron en la misma dirección de su grupo, dirigido por Malaquio.
Beril ignoraba cómo conseguirían mantener en secreto la misión si debían llevarla a cabo. Por la expresión de Auris adivinó que tampoco ella lo sabía. Tampoco se hacía a la idea de cómo ellos podrían capturar al Namak.
- Beril y Auris, vosotros iréis por detrás de Helius. Quiero que todos los demás estéis delante para entretenerlo y lo confundáis a golpe de vara, sin atacar directamente. Entonces Auris y Beril llegarán por detrás y lo más rápidamente posible lo encadenáis y lo bloqueáis. ¿Todo claro?
- Clarísimo – contestaron todos.
- Yo creo que sería más fácil si nosotros estuviéramos delante, podríamos distraerlo más fácilmente. – dijo Auris.
Malaquio la miró desafiante.
- No te estoy consultando la estrategia, te estoy dando una orden Auris. Ahora estás por debajo de mí.
Todos se quedaron helados de la reacción de Malaquio. Beril quiso intervenir con voz suave.
- Perdona, pero ¿no es demasiada responsabilidad tener que coger nosotros solos a Helius? ¿Y si la aleación no funcionara? – dijo Beril.
- Hace mucho que controláis la aleación, pero precisamente por eso no os puedo poner delante. Si falla vuestra conexión estáis fuera en un segundo delante de Helius. En cambio, una cadena la sabéis hacer de cualquier forma. – dijo Malaquio enfadándose por momentos.
- Yo sigo pensando que es demasiada responsabilidad...
- ¡¡Estamos solo perdiendo tiempo Beril!! – intervino Aramen. – Dejad ya de discutir. Cada minuto es esencial.
Los demás asintieron y se comenzaron a alejar.
Beril miró a Auris.
- Si no estamos allí cuando lleguen... – comenzó.
- La pregunta es: ¿cuál de las dos misiones es la más importante?
- El Namak...
Se miraron en silencio con tristeza.
- Si fuera real los acabamos de mandar a morir... – dijo Beril serio.
- No si conseguimos estar de vuelta antes de que ellos nos necesiten. – respondió Auris - ¡Vamos!
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Descubriendo Alasdain
Romance"Miró dentro de los ojos de ella, ahora frente a los suyos. Eran brillantes, de oro. El dolor se hizo intenso, insoportable, y el cuerpo de Beril comenzó a ceder, cayendo entre los propios brazos de su enemiga, que no lo soltaba. Quiso alejarse de e...