Capitulo 14 ✞︎Aʟᴛᴇʀᴄᴀᴅᴏ✞︎

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༒︎

𝖵: 𝑷𝒐𝒓 𝑶𝒕𝒓𝒐 𝑳𝒂𝒅𝒐.

- No te preocupes; sin duda ya cayó - dice con una sonrisa de maldad, mirándome desde su lugar con el licor en la mano - y deja de querer mandarme.

- No me atrevería, señor -incliné mi cabeza con repudio.

- Espero que funcione tu plan o yo mismo te mataré.

- Le aseguro que funcionará - chocamos el basto con alcohol -. No va a permitir que le hagan daño; la adora mucho para que la miren con otros ojos.

Por fin salí de ese mugroso lugar. La fábrica abandonada, dónde solo duermen las ratas y los vagabundos. No merezco vivir esa miserable vida y daré todo lo que tengo para no volver ahí.

Aún si eso significa arriesgar a mi única hija. La verdadera heredera.

Todo eso desaparece cuando recuerdo su maldita traición.

Mil veces, maldita sea. Me las pagarás con la persona que menos te lo espera, esposa mía. Haré que te arrepientas de haberlo hecho.

𝐄𝐋𝐈𝐀

Pasaron dos horas desde que terminó esa dichosa reunión. Fue una mierda. El abuelo les concedió las mercancías que querían; mi dicha presencia solo fue un capricho del animal sexy y arrogante.

Ahora estoy en Penthouse. Mis escoltas fueron a ordenar para comer; les ordené que se fueran sin preocupaciones. Sé todo lo que necesito para defenderme en caso que me ataquen aquí, aunque dudo que puedan entrar porque el edificio está rodeado de mis hombres que trabajan aquí en Berlín.

Me meto al baño; me deshago de la camisa que tenía, quedando con mi braga porque no llevo sostén. Me acerco a la ducha, pero un sonido extraño hace detener mis pasos, recostándome sobre la pared y rápidamente tomó mi navaja que estaba sobre el lavamanos. Las pisadas se escuchan más pesadas y más cerca. Lo descubrí porque la puerta no fue derribada, sino que fue un salto que supongo que fue del pequeño balcón.
Los pasos resuenan cuando sube las escaleras de madera que llegan hasta las habitaciones.

Estiro mi camisa y me la vuelvo a poner. ¿Quién es el hijo de puta que entró?

Cómo lo predije, la puerta de mi habitación la tumban. Chasqueo la lengua, preparándome para pelear.

La puerta es abierta de una patada bruscamente. Un hombre alto y muy corpulento se adentra al baño. Sonríe maníaco; no lleva máscara; retrocedo buscando una parte espaciosa, tratando de rodearlo con mi navaja en el aire.

- ¿Qué te trae aquí, maldito vagabundo?- escupi con asco; su sonrisa se le cae y tensa la mandíbula, sacando su navaja detrás de su espalda...

- Puedes ladrar todo lo que quieras, perra, porque es la última vez que verás la luz del día.

Terminamos y empezamos a pelear. Me lanza un puñetazo, lo esquivo y golpeo con mi pierna su estómago. Se recompone y me intenta apuñalar; me agaché y de un movimiento rápido lo apuñaló en el abdomen. Cuando intento darme la vuelta y mi espalda contra la puerta, este me agarra del cabello, estrellándome contra el espejo de la pared.

Suelta un jadeo de dolor de mi espalda y me deja caer al suelo para pararme. Esto retrocede un paso, viéndose la herida, y aprovecho para ponerme de pie.

Tomó el cañón de metal que estaba detrás de la puerta y lo golpeó con eso. Dos veces en la parte herida y una en la cara. Maldito, hijo de puta.

Este cae en la tina de agua. Lanzó el tubo a otro lado para de nuevo pelear con mi navaja; el imbécil se logra poner de pie y me ve con una sonrisa que le va a durar muy poco.

- Entonces es verdad... lo que dicen - habla tratando de recuperar la respiración, me río falsamente acercándome a él y lo rodeo nuevamente-. Eres muy buena con el cuchillo, Elia.

- Lo vas a descubrir cuando te mires en el espejo ¡¿Quién te mandó?! - Es lo único que pregunto porque todo el mundo sabe mi apellido y nombre- ¿Perez, es él?

- ¡Para qué decirlo si vas a morir en mis manos, maldita puta! - para abalanzarse sobre mí me tumba al suelo; no dejo atrás mis movimientos de mi muñeca y lo apuñaló sin temor a morir.

Él agarra un puñado de mi cabello y me hace estrellar contra la pared. Sí dolió, pero no le daré el placer de verme vulnerable. Logra darme la vuelta, me agarra del cuello contra la pared, me eleva tanto que ya no toco el suelo. Sé que él no podrá llegar tan lejos con las puñaladas que le di. Unos... veinte, quizás más; soy rápido y puede ser más de veinte. La navaja de mis manos derechas no se queda atrás. Con mis ojos cerrados en busca de un poco de aire y poder clavarle la navaja rosa en la garganta, le entierro en el hombro esta protesta. Me dobla el brazo, lanzando aún costado mi navaja. Mi respiración se corta con el tiempo. Casi ya no respiro cuando él me apuñala haciendo que contraiga mi respiración.

Una tercera persona aparece; no logro ver quién es por mi vista nublada. Pero el hombre que me tenía sujeta del cuello me suelta y caigo al suelo. Mis manos van rápidamente a mi abdomen, donde chorrea la sangre de mi cuerpo.

- Saque a mi mujer de aquí - ordenó con autoridad la voz que reconozco - Me encargaré de esta basura.

Fue lo último que escuché para desmayarme y ser sujetada por unos brazos tatuados y enormes que me hablan desde lejos.

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎  Sᴀɢᴀ 𝐌𝐀𝐋𝐃𝐈𝐓𝐎𝐒 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora