𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ Sᴀɢᴀ 𝐌𝐀𝐋𝐃𝐈𝐓𝐎𝐒 1

Capitulo 57 ✞︎Miedo✞︎

༒︎

𝐒𝐋𝐀𝐕𝐈𝐊

La noche ya cayó, los tres escuadrones me reportan que ya están en sus posiciones. 

Dentro de la camioneta blindada recargo mi arma, todos nos colocamos el pasamontañas.

Los alrededores están con normalidad, la mitad de las personas están escondidas en sus casas Vlad se ha encargado de ponerle toque de queda.

Lucca aparca a una distancia considerable del edificio donde está la Sombra. Los tres bajamos sigilosos de la camioneta.

— Escondidos como ratas — dice Vlad pasándose la mano por su cabello en modo molesto.

— Con tu cara se van a morir ni bien te vean — renzo habla por el audífono conectado con todos — Esfuérzate así nosotros solo vemos como los matas con todo tus ojos láser.

— Eso me suena a envidia — Vlad no parece afectado — Siempre me veo al espejo y me alago a mi mismo — le respondió con altivez, mientras avanzamos con el arma apuntando al frente y cada vez llegamos al edificio — ¿No será que te enamoraste de mí?

— Vete al infierno vlad — no pude ocultar mi risa viendo el edificio, Renzo corta la comunicación.

Recuesto mi espalda sobre la pared de piedras. Llevo mi dedo al audífono que conecta con Renzo.

— Dame vista del interior Renzo.

— Hay tres guardias que los separa la pared de ustedes señor — corta y espera mi respuesta —

— Eliminarlos — en segundos se escucha el bullicio del otro lado.

— Listo señor.

— ¿Tienes ojos dentro del edificio?

— En total puedo decir unos cincuentas hombres — el chasqueo la lengua — Hay un pasillo que desconecta a mi vista señor todo queda en ustedes. Lo único que puedo hacer es cubrirlos con los tiradores en su entrada señor.

— De acuerdo, entraremos.

Me adelantó derribando a tres que se interponen en mi camino. Lucca y Vlad se encargan de dos más. Pensé que sería silencioso pero no es porque arriba hay una terraza donde tiene guardias. Esos se dieron cuenta de nuestra presencia y empezaron el enfrentamiento. Las balas empezaron a caer como gota de agua hacia nosotros.

Al adentrarnos pensé que estaría un poco elegante y limpio pero es todo lo contrario. Las paredes están desgastadas, el suelo está cubierto de tierra y escombros. Hay cajas y barriles apilados en desorden que supongo que es donde tienen mercancías de otros territorios.

Las balas silban en el aire, impactando en las cajas y paredes. Lucca se mueve con precisión militar, disparando y cubriéndose detrás de un barril. Vlad, con su cuchillo en mano, se desliza entre las sombras, acercándose a nuestros enemigos con la navaja los mata con rapidez y vuelve cubrirse detrás de la pared.

Los eliminamos de apoco y cada vez quedan menos.

Mientras tanto, los disparos resuenan en el almacén, mezclados con los gritos de dolor y las órdenes gritadas. Las balas perforan las cajas, esparciendo astillas de madera por el aire. Algunos guardias  caen, heridos o muertos, mientras otros continúan luchando con una ferocidad desesperada.

— ¡Joder! — grita con euforia Lucca — Siento que pudo volver a respirar ¡Esto es lo mío, jefe!

— Arriba quedan cincos hombres — Renzo me dice a través del pequeño audífono.