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𝐄𝐋𝐈𝐀
En el camino no se escucha más que los chistes "graciosos" de Atlas, entre comillas porque no veo lo gracioso en la situación en la que estamos. Me duele la cabeza de escucharlo tanto, en verdad me está por estallar la cabeza.
- Te puedes callar un segundo, payaso. Prefiero a Zion a mi lado que a ti al menos el sabe cuando tiene que cerrar la boca.
- Ey, no seas cruel con tu amigo - rodó los ojos irritada - Para que metes a ese pecoso en nuestra conversación.
- Para que veas la diferencia entre ustedes.
- Obvio que somos diferentes - espeta neutro - Él es feo y yo soy guapo - rió burlona cuando dijo eso - Él es pálido y yo soy moreno, tengo tatuajes y él no. Tengo lindos ojos y él tiene de eso que son normales.
- Por fin te das cuenta que no eres normal.
- Elia yo no dije eso, por favor tengamos conversaciones de adultos.
- Entonces, empieza por cerrar tu pico.
Bianca explota riéndose a carcajadas de él, mientras maneja con la guía de Jason. Cinco minutos más y todavía no llegamos. Me remuevo impaciente en el asiento de pasajeros.
- Llegamos - me informa, se coloca el audífono pequeño al igual que nosotros - Cada uno en sus posiciones, el escuadron Z sigue a Viktor y el B viene conmigo - ordenó seriamente - Cualquier tipo de amenaza deberán descartarla.
Baje de la camioneta seguida por ellos. Me coloco mi guante de cuero negro, ajusto el cinturón a mi cintura con la navaja y mi Glock. Preparo mi rife, recargando y dejé unos cartuchos en mi cintura. Los demás hacen lo mismo, Atlas entra en modo profesional relajando sus fracciones como cuando la locura se apodera de su cuerpo y mente. Bianca repasa su mirada por el bosque con neblina, a esta hora es fresco y ella tiene un jeas negro con un chaleco antivala sobre su top del mismo color.
- Ten princesa - ella me tiende su mano cuando abre su puño una goma de mascar con la envoltura plateada - No veas así, es de menta y te ayuda a concentrarte.
- No quiero - apartó su manos de mi cara y seguí los pasos de Jason - andando.
Los dos se separan de nosotros a una distancia considerable. Jason y otros más se quedan conmigo. Por mi parte mantengo mi vista al frente con mi rifle preparada para matar al que se me atraviese.
Una docena de hombres con uniforme militar, se hacen ver descubriendo su escondite. En segundos nos disparan, no me quedo atrás y el entrenamiento que en la vida tuve por fin puedo demostrar. Me agachó instintivamente, señalé a mi equipo que se disperse. Aprovecho el tronco seco y muerto, bastante grande lo suficiente para cubrir mi cuerpo y el rifle.
Me recuesto sobre el piso lleno de hojas secos que crujen debajo de mi. Instalo correctamente encima del tronco el rifle y repaso a cada uno de ellos probando la puntería. Sonrió cuando tengo a uno en la mira, encendí el láser que dio directo en la sien de ese tipo.
