Capítulo 15 "El Viaje del Salmón"

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Narra Zaira...

El corazón me latía a mil por hora, viendo desde el helicóptero mi hogar alejarse de mi, quería bajar, quería quedarme.

Las horas con Letty fueron un suplicio, delicado intentando cumplir todos los cometidos, que no muriera, que pudiéramos sacarle de adentro el container, en fin, tantas cosas, al final de todo algo me tenía que salir bien.

Me distraía pensar que esto era la despedida, ya cumplimos con el trabajo, hicimos todo lo que estuvo a nuestro a nuestro alcance, ya todo terminó.

Hablé con Xavi para pedirle un día de permiso, para ir a la playa con Price, a modo de despedida, en su lugar, me dió vacaciones, me sentí extraña.

Cruzamos el océano de vuelta a Málaga, al punto de partida, al amanecer, el equipo de Price, todos, menos Price, se fueron, despidiéndose de nosotros, creamos un vínculo bonito el tiempo que estuvimos juntos en la plataforma.

Permanecía junto a Price en un muelle, el sol salía tímidamente, él me abrazaba de costado mientras despedíamos al grupo que se alejaba sobre el mar hacia sus destinos en embarcaciones.

— ¿Por qué no te fuiste? — cuestioné extrañada viendo su perfil.

— Porque tengo varias cosas pendientes contigo antes de irme.

Su respuesta me llenó de tristeza, sabía que esto pasaría, el se irá, tranquilo a continuar con su vida, me siento feliz y nostálgica de saber que seré su amor de verano.

Narra Price...

Tenía pensado pagar la estadía en un hotel de la costa, pero Zaira me convenció de ir a su casa frente a la playa.

La casa por dentro no tenía muchas cosas y eso me extrañó, había espacios en el suelo de madera que indicaban que antes se posaban grandes sillones y sofás.

Zaira encendió el aire acondicionado, me guió por el lugar, sentía que la estaba invadiendo en algo tan íntimo como su casa.

El lugar olía a ella, a mar y flores de hibisco, el color blanco de las paredes contrastaba con el azul del mar que se asomaba por las ventanas.

— Que bonita casa. — solté al admirar el lugar.

— ¿Sí?

— Sí, muy veraniego.

Zaira hizo algunas compras conmigo, la acompañé en la cocina, usé un delantal por si acaso, pero ella se encargaba de todo.

— Pensé que no sabías cocinar. — pronuncié al ver como con habilidad cortaba los vegetales.

— Cocino, no al nivel de Íñigo y su cocina molecular, pero unos buenos callos a la madrileña sí que sé hacer. — respondía con total control y seguridad.

Me reí con orgullo, su cabello atado en una cola de caballo, una camiseta blanca ligera, vaqueros anchos... Ropa sencilla, pero que vestía con suprema elegancia, menos es más dicen.

En la cocina usa mucho aceite de oliva, orégano y vino blanco, el vapor que se desprende de las sartenes activa mis sentidos.

Para el momento de servir la comida, nos sentamos en la isla de su cocina, ayudé con todo lo que pude o con todo lo que me dejaba hacer, ella no quiere que haga nada.

— Gambas al ajillo, patatas bravas y crema catalana para el postre. — mencionaba Zaira con orgullo.

La mesa se veía deliciosa, con todos esos platillos, esperé a que ella empezara a comer para seguir yo, ella me veía ansiosa esperando ver mi reacción.

Ocean: Price (SAGA COD #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora