Narra Zaira...
He recuperado peso de manera increíble, Price me mete las cucharadas de comida en la boca prácticamente, mi cabello ha crecido lentamente, pero sigo usando peluca de todas formas hasta recuperarme completamente.
Luciana, nos invitó a su casa en las afueras de Londres a pasar el rato y celebrar mi compromiso, así que ahora que me encuentro mucho mejor de salud y de aspecto, acepto la invitación con alegría.
Tocamos la puerta de la entrada de la casa un par de veces, nos detuvimos mientras escuchábamos con atención el alboroto dentro de la casa, risas de los niños a carcajadas, risas de un hombre, y ruido de metales y fuego, como si movieran sartenes.
— Qué escándalo. — mencioné susurrando mientras me reía.
— Está casa nunca más ha estado en silencio desde que llegó Leon. — respondió Price sonriéndome.
— ¿Leon?, ¿Leon y Kieran no llegaron al mismo tiempo?
Price comenzó a tartamudear.
— Sí, me refiero a los dos. — Price rió. — desde que Leon y Kieran llegaron.
Fruncí el ceño ligeramente, no comprendía su forma de responder.
Abrieron la puerta, era Luciana, con la bebé en su hombro, nos recibió con una sonrisa resplandeciente, invitandonos a pasar.
— Disculpen el desastre, pero el abuelo les trajo juguetes nuevos y abrieron todas las cajas en la sala. — Luciana pasaba a través de los muebles, quitando trenes, robots y juegos de madera.
— No te preocupes. — respondía Price.
¿El abuelo?, me daba curiosidad saber de quién se trataba, fue entonces cuando al entrar por completo a la casa, siendo envueltos por el bullicio, ví a un señor altísimo, de barba blanca espesa, ojos claros, alzando en el aire a Leon, haciéndolo reír.
Kieran corría con los brazos abiertos alrededor del señor, aleteando como una gaviota.
El señor al vernos, se detuvo, y cargó a Leon, acercándose a nosotros con una sonrisa.
— Magnus, ¿cómo estás? — se adelantaba Price a estrechar la mano de aquél hombre.
— Todo bien, aquí con los nietos. — respondía él con un acento alemán fortísimo, volviendo a Leon, haciendole cosquillas.
— Hola campeón, ¿cómo estás compañero? — Price saludaba a Leon chocando puños.
— ¡Price sálvame! — exclamaba Leon intentando llegar a los brazos de Price mientras se carcajeaba.
Magnus, bajó al niño al piso, y me doy cuenta de algo, sus dimensiones y sus rasgos me hacen entender que no hay otra explicación, es el padre de König.
— Si quieres puedes dejar tu guitarra por aquí. — me ofrecía Luciana haciendo lugar al lado de un sofá.
— Ah, gracias Luciana. — respondí dejando el instrumento en el suelo.
— Las dejo para que tengan conversaciones de mujeres. — Price se me acercaba y me palpaba un hombro.
Ambas sonreímos, ayudé a Luciana a sentarse, se le hacía algo difícil con la bebé encima.
Algo tiene ella, no me gustan las mujeres, claro está, pero sé apreciar la belleza en las demás, Luciana es lo que algunos podrían describir como “involuntariamente sexy”, no en el sentido del fenómeno “nacida sexy", que se trata de alguien torpe, inocente y voluptuoso.
Sino que, Luciana parece no querer llamar la atención, ni ser sexy a drede, le sale natural, en su forma de mirar, de conducirse, tan femenina y con tanto carácter.
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Ocean: Price (SAGA COD #4)
FanficEl océano es vida y destrucción, temido y amado al mismo tiempo, reuniendo en sus olas todos los anhelos de quien se sumerge en el mar y lo admira, el océano es uno solo, el mismo en las costas de Málaga o en la fría arena de Mánchester. ¿Qué tiene...