Capítulo 22 "Recupérate"

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Narra Price...

Que Zaira conociera a Nora, fue un alivio para mí, ella se veía tan bien, tan serena con la niña entre sus brazos, tan bien que quisiera que ella viva un momento así con nuestra hija o hijo, uno que lleve nuestra sangre, nuestro apellido.

Ver a Leon construyendo una casa para su hermanita, me conmovió, tan decidido, tan pequeño y es todo un caballero, König y Luciana estan haciendo un buen trabajo con la crianza de ese niño, me pregunto como será cuando esté más grande.

Las cuentas comenzaron a llegar, una tras otra, Zaira se venía abajo después de cada examen que le realizaban, algunos estudios eran dolorosos de realizar y la dejaban agotada, las enfermeras tenían que subirla a una camilla para que se recuperara, era en esos momentos cuando aprovechaba para pagar todo lo que podía sin que ella se diera cuenta.

Eran muchos pagos por hacer, de diferentes cuentas, diferentes montos, no tenía problema con hacerlo, pero necesitaba concentración.

Al mismo tiempo, mientras realizaba los pagos, la bandeja de mi correo estallaba en mensajes, reportes, informes, solicitudes de cambios de unidad, miles de cosas que debía revisar, y por si no fuera suficiente, tenia a Zaira atrás pidiéndome explicaciones, cuentas y queriendo hablar.

Y no quería hablar de eso, y mucho menos en este momento, fue tanta la insistencia y el estrés de la situación, que reaccioné de la peor forma, gritándole con todas mis fuerzas.

Zaira tembló y cerró los ojos cuando le grité, y supe que me había excedido, no puedo excusarme, soy adulto, debo comportarme y no dejarme llevar por mis impulsos, lo que hice no tiene excusa alguna.

Toda esa noche transcurrió lenta e incómoda, ella me evitaba, yo era incapaz de si quiera mirarla a los ojos, ¿cómo podría atreverme después de gritarle de esa forma?, admito que de todas formas me sentía molesto y me hacía bien ese distanciamiento para reflexionar y drenar.

En la madrugada me quedé esperándola al borde de la cama, pensando en que iba a venir a dormir, pero me cansé de esperar, y la busqué por toda la casa, encontrandola durmiendo en el sofá, con los pies desabrigados, la frazada que usa es corta e inadecuada para este frio.

Hicimos las paces, nos abrazamos y volvimos a la cama, descansando entre la calidez de nuestros cuerpos fundidos entre las sábanas.

Los días pasaron, me iba a trabajar y regresaba por las tardes a recoger a Zaira de las clínicas, en dónde seguía haciendose exámenes y estudios.

Aún era de día, aunque pronto caería la noche sobre el cielo, así que decidí desviarme esta vez, llevando a Zaira a Gorleston.

— Esta playa es diferente. — comentaba Zaira observando por la ventana.

— Aquí si puedes nadar.

— Con meter un poco los pies en el agua tengo. — respondía ella.

Me estacioné, ella se quitó las sandalias que traía puestas y me tomaba de la mano para que la siguiera hasta la orilla, en el camino me quité los zapatos también.

Zaira se reía al sentir el agua fría tocando sus pies, yo sacudía mi cuerpo, la sensación no era muy agradable, pero ella estaba a mi lado, no me importa nada más.

Observamos el horizonte el silencio por un rato, Zaira giró sobre sus hombros viendo hacia atrás.

— ¿Esos terrenos de allá qué son? — interrogaba ella.

Volteé a ver en su dirección, veía armazones de hierro, esqueletos de madera sobre terrenos cerca de la bahía, y carteles de inmobiliarias.

— ¿Quieres ir a ver?, parece que no hay nadie. — sugería.

Ocean: Price (SAGA COD #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora