Ocean: Price (SAGA COD #4)

Capítulo 9 "Él Océano en Tus Brazos"

Narra Zaira...

Estaba destrozada, mi cabeza era un tormento de dolores, agonías y un profundo anhelo sin retorno, Íñigo me había destruido por dentro al instalar ese juego en mi ordenador, me encerré en mi habitación a jugarlo, sumergida en la historia, viviéndola en carne propia, dedicándole mas de 3 horas del poco de vida que me queda, preocupándome por la vida del protagonista y su destino.

Durante todo el juego imaginé que haría en esa situación, ¿cómo le diría a Price que lo quería?, ¿cómo me encargaría de que lo supiese estando yo en la mitad de la nada?, no encontraba una respuesta.

Me sentí vacía al terminar la experiencia, solo podía llorar, lloraba tanto que me dolía el pecho y no podía respirar.

Price me abrazaba, besaba mi frente y mis mejillas, se interesó en la historia que quería contarle, veía en sus ojos la tristeza al verse afectado por el desenlace de la historia, como suspiraba, mi piel al llorar tanto, se había helado, temblaba de frío.

Price, por primera vez, me dijo que me ama, su voz susurrante y grave envolviéndome, poco a poco dejaba de sentir frío y el calor de su cuerpo me abrigaba.

— Tal vez no debí jugarlo, no sabía que me afectaría tanto... — confesaba frotando mi pecho y enterrada entre los brazos de Price.

— Es bueno sentir, si ese juego fue capaz de hacerte eso es que está bien hecho, ¿sabes que?, quiero jugarlo también, me enseñarás a manejarlo.

— ¿Tú jugando un videojuego? — cuestioné, las lágrimas poco a poco dejaban de salir de mi cuerpo.

— Jugaba Galaga en las máquinitas de las ferias, ¿cuál sería la diferencia?

— ¿Galaga?

— Sí, el juego de la nave espacial... ya sabes...

Me reí a carcajadas al escucharlo, cuando vea como ha cambiado ese mundo flipará, me reí tanto que casi olvidaba por qué había llorado.

— ¿Ya te sientes mejor? — interrogaba Price acariciándome con su nariz.

— Me siento todavía un poco, afectada.

— ¿Sabes que pienso?

— ...

— Si Caz fue capaz de recordar o lo que sea que haya pasado, quiero decir, si logró recordar la última carta de su esposa, es que ya la había leído...

— ¿Eso crees? — lo veía a los ojos esperando que me dijera que sí.

— Sí, además, claro que ella sabrá lo que hizo él por ella...

— ¿Cómo?

— Me dijiste que un buque de ayuda llegaría a ayudarlos, ese buque llegaría en cualquier momento, pueden investigar y llegar a la conclusión de todo lo que hizo Caz, por muy incinerada que haya quedado la plataforma, siempre quedan rastros de lo que pasó.

Eso me daba esperanzas, con eso recobraba energías y finalmente podía sonreír aunque con un dejo de tristeza.

— Yo no sabría cómo hacer en una situación así, para que supieras cuanto te quiero... — pronuncié dirigiéndome a Price.

— Yo sé que me quieres, lo veo en tus ojos cuando me ves, cuando sonríes al verme en las mañanas, en tu preocupación por mí, en que no me sienta solo, en que no me enferme, en que me sienta feliz...

— ¿Lo sabes? — inquiría deslumbrada, lo sabía perfectamente, Price sabe cuanto lo quiero.

— Y tienes que saber cuanto te quiero Zaira...