Ocean: Price (SAGA COD #4)

Capítulo 4 "El Silencio del Mar"

Narra Price...

Me siento extraño en este lugar, todo es demasiado tranquilo, solo se escucha el ruido que hace el mar al fondo, la brisa y los truenos cuando la tormenta nos azota.

Mis muchachos están algo deprimidos, el clima les enfría el corazón, no venimos del trópico precisamente pero tampoco del medio del océano, es perfectamente entendible que se sientan afectados por la soledad de la plataforma.

Los días de tormenta terminaron, hay niebla, pero se puede ver el cielo sobre el mar, de vez en cuando coordino hacer circuitos de entrenamientos con mis hombres, para mantenernos en forma y en calor.

Luego del entrenamiento cada quien fue a distraerse, Soap había quedado molido luego del circuito, me acerqué a él y le dí unos cuantos espaldarazos fuertes para que se levantara del suelo.

— ¿Te sientes mal soldado?

— No Señor... — respondía jadeando.

— Vamos por un vaso de agua.

— Me caería bien uno en este momento.

Camino a la cocina, nos encontramos a Xavi, nos veía de arriba abajo con cara de pocos amigos.

— Es un maravilloso día, ¿no Xavi? — sonreí.

— Y que lo digas... — hizo una pausa y frunció el ceño mientras me señalaba. — ya que tienes tanto tiempo libre, deberías hacer algo que valga la pena y aprender castellano. — me ordenaba.

— ¿Castellano? — cuestioné, me parecía buena idea.

— ¿Quién lo enseñará?, ¿tú? — intervenía MacTavish.

— Me canso de hacerlo, nos veremos dos veces a la semana en mi oficina, traiga una libreta y un lapicero. — respondía Xavi mientras se alejaba a través del pasillo con la ayuda de su bastón.

Soap me veía y se reía con incredulidad.

— El viejo tiene agallas... — comentó Soap.

— Hay que aprender algo de eso... 

Llegamos a la cocina, Zaira se encontraba sentada, dándonos la espalda, acompañando a Iñigo en la cocina, hablaban el uno al otro en castellano.

— Con permiso... — toqué la puerta un par de veces, aunque estuviese abierta, es de buena educación pedir permiso.

Zaira giró, sonríe cada vez que me ve, es adorable que sea tan risueña, todos los días tan llena de vida, ella es la alegría de este lugar.

Su cabello me recuerda al de Kate Middleton, de hecho ella tiene un aire, pero mejor, es más cálida...

— ¡John! — me saludaba acercándose a mí.

Se puso de puntillas y dejó un beso en cada lado de mi rostro, parece que en España eso es común, yo me adapto, y lo hago con gusto, porque de esta forma siento tus labios sobre mis pómulos.

La sujeté de las manos mientras me saludaba, luego saludó a Soap y se alejó.

Soap se acercó a Íñigo a pedir un par de vasos de agua y cuando los obtuvo se dirigió a la mesa metálica junto a la pared.

— El cielo está despejado hoy... — informé, siempre que vengo digo algo sobre el clima para empezar la conversación.

— ¿Sí?, eso es bueno, la tormenta pasó. — comentaba Zaira.

— En la noche Xavi proyectará una película en el almacén... — informaba Íñigo.

— ¿Ah sí?, ¿Cómo logró hacerlo?, ¿Tienes un proyector aquí con películas? — interrogó Soap.