Damián siempre había seguido los planes y órdenes de su familia al pie de la letra, hasta que la palabra matrimonio fue pronunciada, algo que él no estaba dispuesto a aceptar.
El amor no estaba en su vocabulario, nunca había deseado nada en su vida...
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Giró la llave en la cerradura de la puerta abriendola e ingresando, sintiendo el olor familiar de su departamento, viendo las cosas en el suelo que había dejado de manera descuidada. Dejó las llaves en la mesa del recibidor y se quitó los zapatos.
—¿Puedes traerme algo de té?
Anya giró para ver a Becky con total confianza sentada en su sofá de la sala, con una actitud despreocupada.
No recordaba haberla invitado a pasar, aunque no era algo necesario entre ellas. Cuando Anya iba a su departamento entraba como si fuera la misma dueña hasta la cocina para revisar el refrigerador de su amiga, que siempre estaba lleno. No es como si el suyo no tuviera comida, pero ella solía pedir más comida a domicilio, no era muy buena en la cocina, algo que había sacado de su madre, que no podía cocinar algo decente.
Su padre fue el que se encargó gran parte de su alimentación y lo hacía realmente bien.
Igual entraba a la habitación de Becky dónde se tiraba en la cama y en ocasiones se había dormido mientras esperaba a Becky para salir a comer algo juntas. Anya tenía mucha confianza, si, pero eran amigas desde la escuela, y de eso habían pasado diez años al menos. Aunque en la actualidad tenía más cuidado porque Becky tenía a Ewen y lo que menos quería era encontrarse con alguna escena desagradable.
Por el lado contrario Becky era más consciente con la privacidad de Anya, aunque ella había insistido en qué podía entrar a su departamento cuando quisiera. Por eso mismo Anya le había dado la contraseña de acceso, porque no tenía nada que ocultar...
Pero justo en ese momento Anya quería privacidad, porque su intención de salir rápido de la casa de Damián era huir de toda esa situación y de la conversación que era aún más ridícula. No había forma de explicarle a Becky que solo había algo sexual entre ellos, porque Becky parecía empeñada en juntarlos y eso era lo que menos quería.
Le había dejado en claro a Becky que una relación no estaba en sus planes ahora y nunca, era algo que ella misma había visto, que eso no era posible.
Aunque lo tenía claro ahí estaba....
Anya había salido corriendo del departamento de Damián, con Becky detrás, que había insistido en llevarla a casa, su fatiga pudo más y terminó aceptando. Fue cuando descendió del auto y que Becky bajó detrás de ella que se dio cuenta de que quizá no había sido la idea más inteligente.
—Puedes tomarlo, sabes dónde está, iré a darme un baño.
Anya se metió directo al baño, demorando un rato en que el agua caliente relajara sus músculos, en despejar su cabeza y eso la hizo darse cuenta de que estaba cansada y quería dormir. Aunque con Damian había dormido un poco...
Cuando fue a la cocina por un poco de agua saltó al ver a Becky en su sala, tomando de una taza y comiendo unas galletas. Anya había olvidado por un momento que ella estaba ahí.
