Damián siempre había seguido los planes y órdenes de su familia al pie de la letra, hasta que la palabra matrimonio fue pronunciada, algo que él no estaba dispuesto a aceptar.
El amor no estaba en su vocabulario, nunca había deseado nada en su vida...
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Vio las imágenes corriendo por la gran pantalla, en el punto cumbre de la historia, el silencio en el auto era casi tangible y aún afuera, lo cual fue una sorpresa considerando que había unos veinte autos alrededor, pero todos prestaban atención a la gran pantalla de enfrente. La película era muy buena, no podía culparlos, ella misma estaba bastante sumida en lo que sucedía.
Su mirada se desvió hacia el hombre a su lado, que veía la pantalla sin pestañear y que frunció el ceño hacia la escena. Los gestos que solía hacer cuando veía películas, dejando entrever si le desagradaba o le gustaba, en sus largas pestañas o la forma en que sus labios se curvaban.
Su atención se dirigió en un momento a la mano entrelazada con la suya, la forma en que sus dedos rodeaban los suyos y la presionaban con fuerza, como si no quisiera separarse de ella. Anya presionó los labios, porque ese gesto era tan normal entre ellos actualmente. En cada oportunidad Damian tomaba su mano, parecía algo natural entre ellos.
Algo de lo que ella misma no era consciente, sólo cuando prestaba atención. Y en ese momento la forma en que Damian sujetaba su mano era algo que hizo que recordara algo que Becky le dijo hace unos días.
"Vamos Anya, actúan como una pareja en toda la extensión de la palabra, a pesar de que te aferres a negarte, hacen las mismas cosas que Ewen y yo, solo no tienen el título"
Aquel gesto tan sencillo como sujetarse la mano lo comprobaba, unos amigos no se sujetaban de las manos. Y mucho menos en una "relación casual" donde todo debería limitarse a una cuestión sexual, algo que Anya quiso inicialmente. Aunque desde el inicio ellos hacían más cosas juntos, algo que Anya decidió ignorar y mentirse al decir que no tenía nada de malo.
Pero dado los sucesos recientes la habían hecho pensar demasiado....
Como todo lo anterior dicho y el hecho de lo que sucedió con aquella mujer, Sigrid y los sentimientos que había originado en Anya de pensar que esa mujer, pudo haber sido algo mucho más que una simple cita en la vida de Damian. Aunque el hecho de que fuera una cita era algo que no le gustaba para nada.
No quería a ninguna mujer cerca de Damian, algo que era bastante complicado. No lo diría en voz alta pero alguna vez Becky lo admitió, que él era apuesto, por lo que sabía que era el centro de atención en su trabajo entre las mujeres. Además que en varias ocasiones cuando estaban juntos podía ver el interés de las mujeres que lo veían. Él podía enredarse con cualquier mujer y Sigrid, que era bonita y parecía de clase, lo dejaba entredicho.
Cuando sintió ese sentimiento oscuro, ese desazón en la boca de su estómago aquella noche en el bar días atrás, Anya estaba tan desconcertada por lo que ocurría; Sigrid diciendo que eran prometidos, la omisión de Damian sobre el tema, el verlos tan cerca hablando y la idea de que él estuvo a punto de casarse... que no le dejaron entender que era ese sentimiento desagradable en su interior. Odiaba el tener esos sentimientos y esos pensamientos que no la dejaban ir, porque sabía que eso podría significar que todo ese tiempo había estado ignorando lo que ya sabía y la misma Becky le había dicho.