Damián siempre había seguido los planes y órdenes de su familia al pie de la letra, hasta que la palabra matrimonio fue pronunciada, algo que él no estaba dispuesto a aceptar.
El amor no estaba en su vocabulario, nunca había deseado nada en su vida...
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Día 2: Lluvia de estrellas.
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Damian apagó su computadora y guardó los papeles en el archivero que tenía a un lado, antes de pararse y caminar hacia el ascensor para salir de la empresa. Antes de que las puertas cerraran, una mano se interpuso y vio a sus amigos ingresar al elevador junto con él.
—Casi te vas sin nosotros —Emile le sonrió, apoyando su espalda en la pared de metal mientras descendían.
—De hecho, parece que tenías prisa. — Ewen analizó el comportamiento de su amigo.
—No, es solo que quiero llegar a casa.
Damian observó el número del piso en la pantalla dentro del elevador, escuchando de fondo la voz de sus amigos. La puerta se abrió y salió tan rápido como pudo, pero fue seguido de cerca, con las voces de fondo.
—Hay una tienda de pollo frito nueva en el centro ¿vamos?
—Si, tengo ganas de algo de carne. —Ewen secundó la idea.
—Yo tengo un compromiso. —Damian intentó salirse con la suya.
—¿Con quien? —Ewen levantó una ceja, curioso.
Su conocimiento sobre Damian, después de un año de amistad, es que no tenía familia viva y que ellos eran sus únicos amigos. Por lo que un compromiso estaba fuera de todo contexto, por eso era su sorpresa sobre sus excusas para salir a comer juntos. O quizá había alguna cosa que no quería decirles o que había evitado hablar del tema...
La aparición de Damian, un año atrás en la empresa, sin familia ni conocidos fue una situación que atrajo la atención de su área en la compañía. El sector femenino totalmente atraído por su atractivo, que no podía negar, junto con Emile, preguntándose qué haría alguien como él ahí. Su forma de caminar y la manera en que hablaba le habían dado una primera pista de que podría ser de una ciudad del norte, donde las clases sociales eran una prioridad.
En Westalis era así, sin embargo, no era algo realmente marcado.
A pesar de las apariencias, Emile se acercó a él y después él, descubriendo que no era una mala persona. Era agradable, por lo que no duraron en integrarlo en su amistad. Confiaban en él y lo apreciaban, pero en ocasiones, era un misterio el poder leerlo. Como en ese momento que parecía ansioso por irse.
—Dijiste que no salió bien en la cita de hace unos días...
Ambos le habían pedido que les dijera que sucedió aquella vez, enterándose de que Damian parecía tan renuente a tener una relación, a pesar de su edad. No entendían el porqué, pero él simplemente decía que no le interesaba.
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