capitulo 10

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Sabrina.

aterrizamos en Italia en nuestro avión privado, un Gulfstream G650, después de un vuelo cómodo y relajante. Habíamos decidido viajar en nuestro propio avión para evitar la atención pública y disfrutar de la privacidad que necesitabamos.

-Me encanta viajar en nuestro avión- dije, mientras me estiraba en mi asiento. -Es tan cómodo y privado-

Sam sonrió, mientras se levantaba para estirar sus piernas.

-Sí, es el mejor modo de viajar. Podemos hacer lo que queramos sin preocuparnos por nadie-

Antes de reunirnos con los mafiosos, decidimos disfrutar de la ciudad de Roma. Paseamos por las calles empedradas, admirando la arquitectura antigua y la historia que se respiraba en cada esquina.

-Me encanta esta ciudad-dije mientras me detenía a admirar la Fontana di Trevi. -Hay algo mágico en el aire-

Sam sonrió, mientras lanzaba una moneda a la fuente.

-Dicen que si lanzas una moneda, regresarás a Roma algún día-

Después de un día de paseo, decidimos ir de compras en la Via del Corso. Me probó un vestido de diseño en una tienda de lujo, mientras Sam me admiraba.

-Te queda perfecto- me halago -Deberías comprártelo-

Le sonrei mientras me miraba en el espejo.

-Lo haré. Es la perfecta combinación de estilo y poder-

Después de una tarde de compras, ambas caminaban por la calle con sus bolsas de diseño en las manos, viéndose como dos divas. La gente se volvía a mirarlas, admirando su confianza y estilo.

-Me siento como una diosa-confese mientras me ajustaba mi bolso de Chanel.

-Y yo como una reina-, respondió Sam, sonriendo.

Juntas, somos imparables. Y lo sabemos.

Después de disfrutar de un día de compras y paseo por la ciudad, Sam y Sabrina se dirigieron al aeropuerto para abordar su helicóptero privado. las esperaba con sus motores encendidos, listo para llevarlas a su destino.

-Mira, Sam, nuestro nuevo juguete- dije mientras subía al helicóptero.

Sam sonrió, mientras se acomodaba en su asiento.

-Es impresionante. Me encanta-

El helicóptero despegó y se dirigió hacia la costa de Amalfi, donde se encontraba nuestra nueva mansión. La casa, una impresionante villa de estilo mediterráneo, había sido recientemente adquirida por nosotras.

-La Villa Lesa- era su nombre, y era un reflejo de su estilo y poder. Con sus paredes de piedra blanca, sus columnas griegas y sus jardines perfectamente cuidados, era un verdadero palacio.

-Me encanta esta casa-le confesé a sam mientras me asomaba por la ventana del avión -Es perfecta para nosotros-

Sam asintió, mientras se quitaba sus gafas de sol.

-Sí, es nuestro refugio. Nuestro lugar para relajarnos y planificar nuestro próximo movimiento-

El helicóptero aterrizó en el aeropuerto de Nápoles, y desde allí, se dirigieron a su mansión en coche. La Villa lesa las esperaba, con sus puertas abiertas de par en par.

-Estoy emocionada de estar aquí- chille mientras se bajaba del coche.

La pelinegra sonrió, mientras la seguía.

-Yo también. Es nuestro hogar-

Juntas, entramos a la mansión, listas para disfrutar de su nuevo refugio y planificar su próximo movimiento en el bajo mundo.

The Blonde goddessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora