Narrador omnisciente.
Sabrina llego a Londres en su avión Después de aterrizar, se dirigió a su nuevo pénhouse en el edificio One Hyde Park, que había comprado para pasar unos días en la ciudad. El pénhouse era un espacio moderno y elegante, con vistas impresionantes del parque y la ciudad.
Al día siguiente, se dirigió a la central de la FEMF para reunirse con el ministro Alex Morgan. Cuando entró en el edificio, todos los soldados se quedaron mirando a la rubia por su belleza y su porte. Sabrina se ajustó el abrigo de cuero negro y se puso los guantes de cuero blanco, sabiendo que llamaba la atención.
La llevaron a la oficina del ministro, donde se reunió con él. El ministro era un hombre elegante, con un traje gris y una sonrisa encantadora.
-Sabrina, es un placer conocerte-, dijo el ministro, tomando su mano.
-Lo mismo digo, ministro-, respondió Sabrina, sonriendo.
El ministro se sentó y comenzó a hablar sobre la propuesta de la FEMF.
-Sabrina, queremos que trabajes para nosotros. Tu expertise en bioquímica es invaluable. Podrías ayudarnos a desarrollar nuevas tecnologías para proteger al país-
Sabrina se rió.
-Ministro, soy una científica, no una teniente o capitana. No estoy interesada en trabajar para el gobierno-
El ministro se sorprendió, pero no se rindió.
-Sabrina, podemos ofrecerte recursos y apoyo que no encontrarás en ningún otro lugar. Y, por supuesto, una compensación generosa-
negó con la cabeza. -Lo siento, ministro. Mi respuesta es no-
El ministro se levantó, sonriendo.
-Bueno, Sabrina. Espero que cambies de opinión. De lo contrario, tendremos que buscar otras opciones-
Sabrina sonrió, sabiendo que había ganado la partida. Pero entonces, cambió de tema.
-Ministro, tengo una petición. Quiero que le quiten la sanción a Bratt, mi hermano-
El ministro se sorprendió, pero luego sonrió lo había rechazado y le estaba pidiendo algo sin dudas Sabrina Lewis era todo un caso.
-Sabrina, eres una mujer muy persuasiva. Haré lo que pueda para ayudar a tu hermano-
Sabrina sonrió, sabiendo que había manipulado al ministro para que hiciera lo que ella quería. Se levantó y se despidió del ministro, sabiendo que había ganado la partida.
se dirigió a la zona de operaciones de la central de la FEMF, en busca de su hermano Bratt. Cuando lo encontró, estaba trabajando en una computadora, con una expresión de concentración.
Bratt se sorprendió al ver a su hermana en la central de la FEMF.
-Sabrina, ¿qué haces aquí?-, preguntó, confundido.
Se sorprendió al ver a su hermana en londres pero no podia negar que se sentía feliz de verla.
Sabrina sonrió y abrazó a su hermano.
-Vine a verte, Bratt. Y a hablar con el ministro sobre algunas cosas y sobre todo por tu sanción -
Bratt se refirió a la sanción que le habían impuesto.
-Sabrina, no te preocupes por mí. Solo tengo que trabajar gratis por un tiempo. No es tan malo-
Sabrina se enfadó.
-No es justo, Bratt. Tú eres un experto en tu campo y deberían pagarte por tu trabajo. No te mereces ser tratado de esta manera-
Los demás agentes y soldados se quedaron mirando el encuentro entre Sabrina y Bratt, murmurando entre sí. "¿Quién es esa mujer?", "Es la hermana de Bratt", "es como una diosa rubia".
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The Blonde goddess
FanfictionAmbas mujeres con aparecía de angeles no eran mas que dos seres infernales.