Sam.
Desperté al amanecer, el sol apenas asomaba por las ventanas del penthouse. Después de asearme, bajé las escaleras en busca de café y algo de desayuno, pero lo primero que me encontré fue a Sabrina, jugando en la sala con Hades y Sombra. Nuestros bebes, aunque Hades siempre tiene un aire más intimidante que el mío. Junto a ellos, Toño, el cuervo observaba con sus ojos brillantes cada movimiento, como si estuviera listo para sumarse al juego.
—¿Cómo pueden tener tanta energía tan temprano? —dije mientras me acercaba, con una sonrisa que apenas se dibujaba en mis labios.
Sabrina, sin dejar de acariciar a Hades, me lanzó una mirada de diversión pura.
—No todos tenemos alma de nocturna como tú, Sam.
Me uní a ellos, acariciando la melena suave de Sombra mientras Sabri se levantaba para preparar el desayuno. Los movimientos en la cocina siempre fluían con la misma gracia letal con la que maneja todo en su vida. Me senté en una de las sillas, observando mientras el aroma a huevos y café llenaba la habitación.
Tras desayunar, nos dirigimos a la central, directo a nuestra área en el hospital. El día fue normal, al menos por un rato. Me perdí en mi trabajo, atendiendo pacientes, cuando mi teléfono vibró. Un mensaje de Phillips.
Phillips. Solo pensar en él hizo que una pequeña sonrisa se asomara en mis labios. Decía que estaba en Londres y quería cenar conmigo. Acepté, por supuesto. Phillips siempre sabe cómo hacer que las cosas sean... interesantes.
Justo cuando guardaba mi teléfono, vi a lo lejos a Rachel, hablando con Bratt. Esa serpiente no pierde oportunidad. No es que me importara lo que hacía, pero cuando mencionó mi nombre, me acerqué, curiosa.
Apenas llegué a su lado, Rachel, con su habitual mirada de superioridad, dejó caer una frase venenosa.
—Sam siempre ha amado comerse mis sobras, ¿verdad? —dijo, refiriéndose a Bratt, su tono cargado de sarcasmo y malicia.
En ese momento, todo en mí se oscureció. ¿Sobras? ¿Realmente pensaba que Bratt era suyo? No tenía ni la más mínima idea de lo que significaba dominar, y mucho menos lo que era controlar una situación. Sus palabras eran insignificantes.
Sonreí, pero no era una sonrisa amable. Era la sonrisa que reservaba para aquellos momentos en los que la sangre se me hervía, cuando algo en mí se despertaba.
—Rachel, querida —dije suavemente, acercándome más, con la mirada fija en sus ojos—. Si de verdad piensas que Bratt es una de tus "sobras", entonces lo único que eso demuestra es que nunca lo tuviste realmente. Porque, si lo hubieras tenido, jamás se habría fijado en alguien como yo. Tú ni siquiera existes en comparación.
La expresión de Rachel cambió, pero no le di tiempo a replicar. Di un paso más cerca, mi voz baja, casi un susurro, aunque lo suficientemente clara para que Bratt escuchara.
—Y sobre las sobras... —continué, inclinándome hacia ella—, te aseguro que, de todas nosotras, tú eres la que menos opciones tiene. No te confundas.
El fuego en sus ojos casi me hizo reír, pero me contuve. Estaba a punto de estallar, y eso era justo lo que quería.
Ah, ahora entiendo. Vamos con la escena de nuevo, corrigiendo eso:
---
Cuando estaba a punto de irme, Bratt me sujetó de la mano y me arrastró hacia su oficina sin decir una palabra. Mi paciencia estaba al límite después del encuentro con Rachel, pero lo seguí, sintiendo la furia crecer con cada paso. Tan pronto como la puerta se cerró tras nosotros, me liberé de su agarre y lo encaré.
![](https://img.wattpad.com/cover/372452351-288-k265254.jpg)
ESTÁS LEYENDO
The Blonde goddess
FanficAmbas mujeres con aparecía de angeles no eran mas que dos seres infernales.