Capítulo #16, parte 2.

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Nadie aprende de los errores de los demás, es necesario que te pasen a ti para que comprendas.

Sí, tenía que contarle todo, pero no podía, no podía simplemente soltar todo lo que habíamos vivido cuando ella había intentado alejarse de todo de nosotros para tener una nueva y mejor vida y simplemente llegar y arruinar todos esos planes como Omnisciente lo había hecho conmigo.

—¿Por dónde empiezo? —Me pregunté en voz alta.

Quisiera encontrar alguna manera más fácil de contarle todo, pero entonces llego a mi mente. Sarif sí recuerda su pasado, pero no de la manera en que ella creía que debía estar recordando.

>>Sarif, tú sí recuerdas —dije en un hilo de voz.

—No entiendo.

—Tú me dijiste que tenías sueños raros en nuestra primera cita.

Ella me puso su mano en la cara y me negó con el índice.

—Nuestra única cita —dijo—, te recuerdo.

Bueno sí, la verdad es que yo quería hacer tantas cosas con ella y lo hice todo de manera rápida. Realmente sí sirvo para ser uno de esos chicos que son protagonistas y son tóxicos.

—Sí, pero recuerdas que me dijiste que soñaste que un chico te gritaba en el sueño.

—Sí, claro...

Sus labios se separaron un poco y supe.

>> ¿Es real...?

—Todo lo es.

Si no me equivoco y Sarif siempre ha soñado con su anterior vida. Eso quiere decir que todos sus sueños son sus recuerdos.

—Pero son... solo unos pocos. Ya casi no sonaba nada gracias a las terapias del psicólogo —empezó a hablar segura y luego su voz se fue apagando—, hasta que tú llegaste y empecé a soñar de nuevo.

He ahí la respuesta, Sarif no recordaba nada como ella quería recordar, pero sí tenía los recuerdos por medio de sus sueños. Ella tenía algunos recuerdos y eso ya era un gran avance.

—Pues déjame decirte que esos pocos sueños son unos pocos de tus recuerdos.

—¿Qué?

—Es así.

—Quiero recordar todo —sus ojos se humedecieron—, si mis sueños son reales mi vida pasada no fue tan hermosa.

Asentí, es obvio que no todo lo fue.

—No podemos hacerlo —fue lo único que pude pensar y decir—. Tenemos que irnos.

—¿Por qué? No entiendo.

—Tenemos a un dios detrás —me iba a arrepentir de esto, lo sabía—. Se llama Omnisciente y quiere solucionemos todos los problemas de Ginebra. Toma eso poco que recuerdas Sarif, tómalo e imagina todo lo que aún no recuerdas por eso es que quiero que nos marchemos lo antes posible.

Sí, Omnisciente siendo un dios quiere que hagamos el trabajo por él.

—¿Cómo en la mitología de la antigua Grecia? —Interrogo.

¿De qué estaba hablando ella?

—Sarif, está una película, pero lo malo que pasa en las películas no se acerca a lo malo que puede llegar a pasar acá en Ginebra.

—¿Qué pasará si no hacemos lo que dice? —Pregunto ya más seria.

Sí nos vamos al caso, yo nunca he hecho lo que Omnisciente me ordena, siempre escapo, me voy a otro mundo y comienzo de nuevo mi búsqueda del alma de Sarif en su otra vida. Esta vez es diferente, ya la encontré, fuimos traídos a Ginebra, el tiempo ya nos está pasando factura y esta vez sí puedo morir. Ese pensamiento me dejó un dulce amargo en la boca.

El conocimiento de lo desconocido. (Proceso).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora