Capítulo #7. Parte 2.

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-¿Cómo pasó?

Estaba recostada en mi cama y yo en mi silla giratoria.

-Por ello fue que terminé con ella.

"Astronaut in the ocean", vuelve a sonar dando a conocer una nueva llamada. Tomo mi teléfono y veo que es ella otra vez. Estoy que lo parto, pero tiene un significado muy especial para mí.

-¿Puedo ir a insultar a la...?

-No.

-Es una zorra.

Levanto mi mirada y veo a mi hermana.

-¿Tú lo hubieras hecho?

-Oye, sé que soy muy puta a veces -se queda pensativa por un rato-. Pero un bebé es un bebé. Es un ser y me vale una mierda la gente que dice que no.

-¿No lo harías?

-¿Por qué no te cuidaste? -inquiere al borde.

-Ella es la que toma las pastillas -Cierro los ojos con fuerza-. Todavía se lo vivía preguntando y ese día no fue la excepción.

-¿Cómo lo supiste?

-Ella estaba rara, tenía días rara -empecé a mecerse repetitiva mente hacia adelante con agonía-. Le pregunté, lo hice Silvia. Se lo pregunté muchas veces y lo negaba. Le pregunté si tenía retrasos y me decía que no. Ella estaba rara.

Las lágrimas empiezan a brotar de nuevo y mis manos tiemblan. Esto no está bien. Silvia se levanta de la cama y viene en mi dirección para abarcar con sus brazos mi cuerpo.

-No tienes la culpa, tú no.

-Tal vez... si... si yo hubiera insistido más -la desesperación me buscaba y me encuentra-. Tal vez... si yo le hubiera demostrado más mi amor.

-David, no continúes. No tienes la culpa.

-Tal vez ya tuviera ese niño en mis brazos.

-Ya, David.

-Tú, te estuvieras quejando de que llora mucho u otra cosa, pero estuviera vivo.

-Mierda, David.

-Le pedí matrimonio sin saber lo que había hecho y acepto como si nada -Silvia se aparta-, como si nada y me dijo que me amaba y que era lo mejor que le había pasado.

Empiezo a caminar de un lado a otro, sobándome el cabello y mirando un poco a la nada.

-¿Sabes cómo me enteré? -mi hermana niega-. Estaba platicando con su padre y me dijo que ya lo volveríamos a intentar.

-¿Qué?

-Sí, yo no entendía y de un momento a otro estaba diciéndome que éramos muy jóvenes, y yo ¿Pero qué es esto? -mi hermana atenta en la silla giratoria y comienzo a morder mi mejilla por dentro-. Y me enteré pues y que habíamos tenido una perdida. Cuando la fui a encarar se puso nerviosa y soltó la sopa sin saber que su padre me había dicho una "perdida" y no un maldito "aborto".

Me dejo caer en la cama con los brazos extendidos en forma de cruz. El maldito teléfono empezó a sonar de nuevo y sonrío.

-Y la muy demente sigue llamando como si no hubiera sido nada, cuando para mí ella lo había sido todo.

Silvia es mi hermana, pero a nadie que nos conoce le puede pasar por la mente siquiera la duda de que todo el respeto y el amor que yo le tengo no se lo ha ganado. Ella es una mujer increíble y me llena de orgullo que yo pueda ser parte de ese círculo dónde otras personas no pueden siquiera aspirara a ser parte. Ni siquiera nuestra madre.

El conocimiento de lo desconocido. (Proceso).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora