Capítulo #7. "Juré proteger a mi reina".

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(Estaba acostada bajo la luz de luna y estrellas, cerca de un río. Escucho su respiración, él abre los ojos, me sonríe. Sus labios aún muy rojos por la intensidad de nuestros besos. El contraste de sus ojos azules con su cabello blanco plateado es hermoso. Me encontraba desnuda en sus brazos, él había saciado mi sed su hombría y yo la sed de él.

Empezó a besar mi cuello con más ansias y las mías aumentaron. Quiero tocarlo y que él me toqué a mí. Se me abalanza en cima y yo gemí ante nuestro nuevo encuentro. Me sentía tan bien amándolo, encontrándonos en el centro de nuestro placer físico. Saciando su bestia y entregándole todo mi amor. Le había entregado lo más puro de mí, algo intacto y genuino. Esto, este momento debía haber pasado hace mucho tiempo. Nunca me vi en los brazos de otro. Entregando algo que siempre perteneció a él, así como mi alma siempre ha estado unida con la de él.

Lo besé para despedirme. El momento había llegado. Él estaba acostado en mi pecho, sonriendo. Toqué su mente y lo puse a dormir.

Lágrimas salían de mis ojos.).

Me desperté llorando y sin querer me caí de la cama y golpeé mi cabeza con el piso.
Comprendiendo que estaba dormida y solo fue otro sueño más. Suspiré. Sebastián no estaba.

Me levanté del piso. Tome el teléfono son las 3:51 pm. Tenía un mensaje de Neftalí. Le envié una nota de voz a Neftalí para contarle de mi cita con Chrislaen.
Ella me contestó que estaba emocionada y que le contará todo, es raro porque lo primero que haría es salir corriendo para estar conmigo.

Me levanté y salí de mi habitación. En la sala de estar, frente a la televisión esta mamá en el mueble con Santiago dormido en sus brazos, papá con una taza de café en la mano y Sacha jugando con sus orejas. Voy a la cocina, tomo un vaso con jugo de mora, me dirijo a dónde están ellos para sentarme en medio de papá y mamá.

Si hay algo que amo de papá y le agradezco aparte de darme la vida es: darme a conocer que existió un Freddy Mercury y que existe un Queen. Es que me mostró las películas del Vuelo noventa y tres, Misión imposible, los ataques a la casa blanca y Casino 007. No puedo olvidar la vez que me mostró la película de Night Train y me dijo que existía un libro (fue cuando conocí a Nick Toches). Es su amor incontrolable por Selena Quintanilla y Olga Tañon, su forma extraña de hacerme bailar en las fiestas familiares dónde prácticamente hay más viejos que niños y por ver qué me quedaba sola sacarme a bailar un poco de salsa de Óscar D'León.

En cambio, mamá me dio a conocer a los Bee Gees, a Ricardo Arjona y Alejandro Sáenz. Me mostró la película La prostituta dónde actúa Julia Roberts (sin parar de decir que es la mujer más bella del mundo). Sr. y Sra. Smith dónde me enamoré de Brad Pitt y deseé ser Angelina. Mi mamá es una comedora de dulces compulsiva, adora el chocolate (creo que eso lo heredé de ella). Cada que puede me da a conocer que cuando conoció a mi padre, él estaba ya de novio con otra chica y que cuando la conoció termino con chica para estar con ella, que no está orgullosa de decirlo, pero para ella que mi padre hiciera eso fue hermoso.

Mis padres son lo mejor que tengo y no voy a dejar de agradecer a Dios, por darme a Sam y Conny como padres. Día a día me vivo repitiendo lo suertuda que soy, que no pude haber tenido mejores padres. No todos tenemos esta dicha.

Termino mi jugo y me voy a mí habitación a prepararme para mi cita.

¿Cómo no sentirme de maravilla? ¿Cómo no pensar que existe de verdad el amor? ¿Cómo no considerar que tengo un montón de suerte y que la vida me sonríe? Si tengo un Chrislaen que acabo de conocer, que me dice que huelo a fresas, que él me protegerá de todo y de todos. Como les decía anteriormente. Sí, sé que le conozco hace poco, que mi hermano tal vez tengo razón y debo estar precavida porque no todo es lo que parece. Pero a veces cuando sientes que algo está verdaderamente jodido debes dejarte llevar un poco, además, tengo a penas dieciséis años y no puedo dejarme morir porque la primera vez me han roto. Tengo que tener esperanza porque si no, ¿para qué existo? Si de una vez por todas ya no creo en nada, ni en nadie, ¿qué consistencia tiene la vida? ¿Qué puedo esperar si ya no deseo o quiero nada? ¿Qué? ¿Viva la monotonía? No pienso vivir vacía, jamás.

El conocimiento de lo desconocido. (Proceso).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora