1. 𝘛𝘸𝘪𝘵𝘤𝘩 𝘙𝘪𝘷𝘢𝘭𝘴

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   Viajar solo a otro continente lo ponía muy tenso y nervioso, siempre había viajado acompañado, temia de que esta fuera su primera vez en un avión después de tanto tiempo.

No había pasado bastante, pero desde ese día que se desconecto de ese mundo que tanto le atraía, las cosas cambiaron. Aun que ahora que había vuelto, se sentía mejor.

No planeaba dejar de streamear, era lo que siempre le apasionó y su escapatoria de todo, aun así, por claras razones, debía esperar a que las aguas se calmaran.

Ahora, una vez que el agua parecía tranquila como para nadar, Rodrigo volvió y lo hizo con toda, apenas prendió la cámara ya había recibido, incluso previó a eso, muchas invitaciones para participar en eventos.

En esos eventos se incluía el Twitch Rivals, que esta vez se organizaría en Japón, para ser más precisos en Tokio.

El verdadero problema no era ir en sí solo hasta allá, ya que además, iba acompañado de su mánager, el problema era que todavía sabia quienes asistirían, por lo que tenía curiosidad y a la vez algo de nerviosismo por tener un reencuentro inesperado con alguien.

Hasta donde tenía entendido, el evento sería exclusivamente de League Of Legends, que solo para recalcar, Rodrigo estuvo mejorando mucho en aquel juego. También, sabía que asistiría el Rubius, una de las personas que pasó de admirar con toda su intensidad a ser un buen y agradable compañero para él.

Había cumplido el sueño de todo pibe, paso de ser un fan a ser un contacto que podía llamar cada vez que lo necesite o en pocas palabras, un amigo cercano.

Las cosas iban cada vez mejor, ahora estaba cumpliendo otra de sus metas, pasear por las calles de Tokio y conocer más de la cuidad.

Viajó unos días antes para darle un vistazo, ahora que se le había dado la oportunidad y tenía una justificación para cualquier plan que tenía en esa semana, quería disfrutar.

Las últimas semanas le habían resultado más agotadoras de lo esperado, además de que seguía manteniendo la rutina de boxeo solamente que no con tanta intensidad. En conclusión, estas eran sus merecidas vacaciones.

Junto a Nicolás, se la pasaron recorriendo cada parte de la cuidad, admirando la tecnología con la que contaba y lo hermoso que se veía todo cuando era de noche.

Claro, aprovecho y grabó un poco de contenido, como un blog y se encargó de comprar los dulces más raros para hacer un vídeo luego. Sin embargo, seguía aprovechando a pesar de que seguía trabajando de alguna u otra manera.

Los días pasaron volando, y por eso, en un pestañear y abrir de ojos, ya se encontraba enfrente a la computadora con un montón de personas de la misma manera que él y con el mismo propósito; ganar.

Honestamente, a Carrera no le interesaba mucho ganar, estaba ahí más que nada por la experiencia y la anécdota. Sobre todo, disfrutaba la presión que le ponían esta clase de juegos, en los cuales no tenes más de una oportunidad para ganar.

El torneo lo pudo enfrentar sin problemas, y para sorpresa de nadie, su team fue el ganador del Twitch Rivals.

Al festejar, se levanto y felicito a sus compañeros por la buena partida que habían enfrentado, aun así, algo captó su atención más que nada y nadie.

Quería desviar su vista para ver a su amigo, Rubius, pero sus ojos captaron a otra persona y quedó impresionado ante su presencia.

Al estar casi en shock, Rubén distinguió de donde venía esa mirada dirigida a su persona, entonces le hizo una seña a Rodrigo para que se acercara.

No duró mucho su momento de shock ya que era algo que podía pasar, últimamente ese dúo venía teniendo bastantes interacciones y cercanías. No era que estuviera pendiente de eso, solo que cuando entras a Twitter te vas enterando de todo sobre todos.

Sin miedo ni nervios, se acercó para felicitarlo por la partida, a pesar de estar en el equipo contrario.

La persona al lado suyo tampoco tardo mucho en reconocerlo, pero de igual manera, estaban incómodos ambos.

—Estuviste muy bien, te felicito.

—Gracias amigo, vos tampoco estuviste tan mal. — Dice Carrera sonriente.

Los dos chocan una de sus manos y es entonces donde el castaño levanta la mirada para ver mejor a la segunda persona.

—Hola.

—Hola. — Saluda el contrario forzando una sonrisa.

—Perdona por... — Habla Rubén refiriéndose al pelinegro detrás suyo.

—No pasa nada amigo, vos sabes que ya ni me molesta.

Afirma levemente y vuelve a intercambiar miradas con Spreen.

Sus ojos no muestran más que su brillo, el cual parece no haberse ido después de todo. Mientras que los suyos reflejan el odio, o mejor dicho rencor que le guarda al pelinegro.

Y eso es exactamente lo que siente, el amor que logró sentir por ese ser humano se habia desvanecido hace un tiempo, Rodrigo ya lo había superado y esperaba que él también lo hubiera hecho.

Pero al notar lo tenso que estaba, supo que a lo mejor no había logrado superarlo ni un poco.

—Después hablamos.

—Bueno dale, un gusto verte de nuevo. — Se despidió el ojiverde.

Se dieron una sonrisa y ni se preocupó en dejar que Spreen le devuelva la palabra cuando se despidió.

Capaz no le molestaba su presencia tanto como antes, pero todavía no quería dirigirle la palabra. Estamos hablando de un chico muy rencoroso, así que por él no es molestia alguna saludarlo respetuosamente, aun que ya hablar sería otra cosa.

Lo respetaba, eso debería ser lo máximo que podía ofrecer por su parte, ¿no?

Bueno, Iván pensaba que podía dar más, solo que por el rencor no se le daba y por cierta parte era verdad, pero él quería más, quería que Rodrigo le hablará, que le pregunte como esta.

Sin embargo, él y su amigo sabían que eso sería imposible tratándose de Rodrigo Carrera.

—Deberías hablarle.

—Es imposible, ni cuando estuve con Sara me trataba así. — Adjunta el pelinegro como capricho.

—Es que tú también man, ¿cómo vas a decir eso? — Comenta Rubén viéndolo con desagrado.

—Ya sé que estuve mal, pero me contuve por mucho tiempo y ya me hizo explotar. — Explicó.— Además, vos sabes que no es la verdad lo que le dije.

—Supongo que cuando estas enojado dices de todo, ¿no?

—Sí... — Suspira.

Charlar con El Rubius muchas veces lo ayudaba, más en temas como este, él sabia que el santafesino aun no superaba del todo al bonaerense, así que debía ser cuidadoso con lo que dijera.

—Fue incómodo lo que pasó. — Informó como si no se hubiera dado cuenta.— Deberías hablar con él.

—¿Como? Si me hace las cosas imposible.

—No lo sé, estuviste acompañando a Carrera muchos años, deberías al menos saber algo que haga que puedas tener su atención.

—Desgraciadamente no tengo ni idea ahora... Algo se me va a ocurrir.

—Si quieres te ayudo.

Iván volteo a verlo para que le diera una respuesta.

Su amigo se acercó y le susurro su idea, estaban completamente rodeados de desconocidos, por lo que le causó un poco de gracia su gesto.

—¿Vos decis que funcione?

—No te aseguro nada, pero es capaz de hablar contigo para no pasar un momento incómodo.

Se encogió de hombro como un “Me da igual, si queres lo hacemos.”

𝑇𝑂𝐾𝐼𝑂 ℎ𝑜𝑡𝑒𝑙 ; 𝘱𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘥𝘰𝘴 # 𝙍𝙊𝘿𝙍𝙄𝙑𝘼𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora