16. "¿𝘘𝘶𝘦́ 𝘵𝘦 𝘤𝘰𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢?"

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   Y es Rodrigo quien siente las tardes más pesadas, los paseos más silenciosos, las cartas más vacías, los mensajes más secos y las peleas más frecuentes.

Todavía no sabe cual es el problema realmente, pero tiene una idea de lo que puede llegar a ser.

Su relación con Iván en los últimos ideas no existió, aunque ese no era el problema, el problema era el tiempo que había estado hablando y tratando de crear algún vínculo con él sabiendo las circunstancias.

El castaño reconocía que lo que estaba haciendo le podía causar cierta incomodidad, molestia o inseguridad a su pareja, por lo que antes de seguir cagandola, decidió hablar con él.

Entonces giro la perilla de la puerta y se adentró al cuarto, tomando por sorpresa a su chico, que se encontraba muy entretenido en su computadora.

—Hola Ro, ¿pasó algo? — Saludo su pareja, sin despegar la vista de la pantalla.

—¿Podemos... Hablar?

El pelinegro se encarga de salirse del juego y voltear a ver a su novio, preocupado.

—Sí, ¿qué pasó?

Se acerca aún sentado en su silla mientras que el más bajo se sienta en el borde de la cama.

—Bueno, quería hablar con respecto a anteayer...

Bichy desvío la vista y formó una mueca en su rostro.

Desde aquella noche no tocaron el tema, siguieron con su vida como si nada hubiera pasado y lo decidieron así porque Rodrigo sabia que Bichy no soportaría hablar de ese tema, pero simplemente no podía ignorarlo así porque sí.

—Yo sé que no te debe agradar recordar eso, pero no puedo ignorarlo, o sea hasta llore... No creo que lo correcto sería hacer como que no pasó nada. — Inicio antes de adentrarse más en el tema.— Quería preguntarte, ¿por qué? ¿Por qué lo golpeaste?

—Por vos, para que ese pelotudo no se siga acercando y para que se de cuenta que tenes pareja.

—¿Lo hiciste por mí? ¿Posta? — Habla indignado.— Mira, te dije en varias ocasiones que yo me puedo defender solo y dejamos en claro que cada quien se encarga de sus problemas personales...

—Ya lo sé, pero ¿posta pretendes que me quede de brazos cruzados mientras tu ex te sigue chamuyando? Ya llegó a tal punto que nos involucraba a los dos, incluso más a mí. — Opina.— Además, no veía que lo estuvieras solucionando.

—¿A qué te referis?

—Rodrigo, ¿vos pensas que no me enteré que le seguiste el chamuyo a Iván en una joda?

El ojiverde guarda silencio, tratando de que alguna palabra salga de su boca lo más antes posible, no quería que su novio malinterpretara las cosas.

—No... O sea, no lo estaba chamuyando, no le estaba siguiendo el juego, yo solo le estaba hablando, que él se lo tome así es otro tema.

—¿Y para qué le estabas hablando? Incluso se veía como le sonreias, ¡además le diste un beso en el cachete! ¿Quién hace esa mierda con su ex?

—Bueno a ver, me estaba empezando a llevar bien con él, no estaba empezando a considerar un amigo, y yo saludo a todos de la misma manera así que...

—¿También a Iván? — Interrumpe con asco.— ¿Al pibe que te humilló y te hizo llegar un montón de odio? ¿A él también?

—Yo... No lo veo por ese lado.

—Deberías empezar a darte cuenta de las personas que te rodean, o mejor dicho, las intenciones de esas personas.

—¡No tiene malas intenciones!

𝑇𝑂𝐾𝐼𝑂 ℎ𝑜𝑡𝑒𝑙 ; 𝘱𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘥𝘰𝘴 # 𝙍𝙊𝘿𝙍𝙄𝙑𝘼𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora