𝑇𝑂𝐾𝐼𝑂 ℎ𝑜𝑡𝑒𝑙 ; 𝘱𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘥𝘰𝘴 # 𝙍𝙊𝘿𝙍𝙄𝙑𝘼𝙉

12. 𝘗𝘰𝘯𝘦𝘳 𝘭𝘪́𝘮𝘪𝘵𝘦𝘴

   Su cumpleaños era uno de esos días que empezó a apreciar con el pasar del tiempo, se dio cuenta de que la cantidad de personas que lo felicitaban era la cantidad de personas que lo amaban y apreciaban su compañía.

Claro, uno muchas veces se puede olvidar del cumpleaños de otra persona a pesar de que tan importante sea para ella o él. Sin embargo, Rodrigo es la típica persona que es capaz de matar a su amigo si se llega a enterar que no se sabe su fecha de nacimiento.

Es por esto que se encuentra en esta situación; sentado pacientemente en el sofá de su cómoda casa, mirando la televisión fijamente, la cual mostraba un reloj con una cuenta regresiva, mientras de fondo escuchaba una música tranquila, Party favor de Billie Elish para ser exactos.

No era por una razón actual, sino más bien por nostalgia, estaba recordando ese cumpleaños, en el cual todo el mundo estaba en su contra y sabía que nadie lo felicitaria, ni siquiera su familia.

Recuerda perfectamente esa noche, estaba en la misma situación que ahora, aunque la única diferencia era que esta vez, si sería felicitado por muchas personas.

Estaba cerrando ciclos en otras palabras, pues las cosas cambiaron demasiado desde ese entonces, y por fin podía decir que se había liberado de todo mal, ahora ni de casualidad recibiría comentarios amenazándolo de muerte o insultandolo.

Se sentía tan feliz de haber podido superar esa etapa.

Una sonrisa se le escapa cuando el contador muestra un cero gigante en la pantalla. Su celular se encarga de vibrar más de diez veces sobre la mesa, a tal punto de que se llega a mover -no de manera exagerada-.

Se encargó de activar las notificaciones de mensajes de Instagram y Whatsapp, al igual que menciones en Twitter y Tiktok.

Capaz fue el mejor movimiento que pudo haber hecho en este tiempo, el mejor para que pueda darse cuenta de que efectivamente, el tiempo había pasado y nada era como antes, ni él.

Sin embargo, a pesar de haber recibido felicitaciones de personas no esperadas, solo se fijó en una sola.

Era inesperada pero tampoco una gran sorpresa, pues que recibiera su mensaje a esa hora era lo único impactante.

Decidió que era buena idea que fuera la primera persona en contestarle.

“Hola Ro, sé que ni hablamos y no sé nuestra situación actual, pero feliz cumple, ojalá la pases bien. te sigo queriendo como desde el primer momento, cometí muchos errores y sé que puede sonar muy mentiroso lo que dije pero posta te quiero demasiado, gracias x todo, espero que seas feliz.”

Sonrió levemente cuando la nostalgia volvió a invadir su cuerpo. 

Un movimiento común de Sara Forjan.

Cualquiera pensaría que no fue ella la que escribió aquello luego de tanto tiempo, pero era increíble como Rodrigo podía hasta jurar que seguía del otro lado de la pantalla, pues hasta la puede reconocer por su forma de expresarse.

“Gracias Saro, también gracias x los años de amistad, que los mandaste a la mierda con un clip y unas cuentas palabras innecesarias. Te puedo seguir queriendo desde el primer día que nos conocimos, pero la verdad prefiero forzarme a odiarte. Gracias igual.”

Era rencoroso, aun así no era exactamente por eso que le contestaba de esa manera, ¿quién no lo haría así luego de saber lo que hizo?

Y por más de que fue impulsado por Lit Killah -del cual seguía dudando de su compañia-  hizo muchas cosas más por su cuenta, las cuales nunca olvidaría ni perdonaría.