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Jungkook se bajó de su auto y observo la mansión Park, cada vez que venía aquí siempre pensaba que se parecía más a un castillo que a una mansión normal y corriente, bueno, de todos modos eran los Park, y si son los Park todo a su alrededor debía de ser lujoso y totalmente acorde a su sangre real.

Jimin también bajó del auto y observo unos segundos la gran fornida espalda de su mayor, el cuerpo de Jungkook era bastante atractivo y musculoso haciendo que no pudiera alejar su mirada de él, le daban ganas de tocarlo y poner su mano sobre su cuerpo para poder saber como se sentía su piel contra su mano. Jimin frunció el ceño al pensar eso ¿Es que se estaba volviendo loco?

¡Reacciona Park Jimin!

Jimin golpeó su mejilla con su mano para reaccionar y dejar de pensar en eso, Jungkook volteo a verlo y levantó una ceja extrañado por el comportamiento de su menor.

-. ¿Te pasa algo?- preguntó mirándolo fijamente, que niño tan raro

Jimin negó rápidamente y comenzó a caminar hacia adentro nervioso por lo que había pensado momentos atrás-. ¿Quiere entrar?- preguntó volteandose a verlo

Jungkook lo pensó unos momentos, la verdad quería verlo tocar, la vez pasada solamente lo había escuchado Pero no visto, entonces ¿Por qué desaprovechar la oportunidad?. Chan-Yeol había dicho que su hermano era demasiado bueno con el piano, entonces quería ver si eso era cierto.

-. Está bien, quiero ver cómo tocas el piano- dijo Jungkook mientras caminaba hacia adentro

Jimin abrió un poco los ojos al escuchar eso ¿Él quería escucharlo tocar? Escuchar eso lo emocionaba un poco, Jimin le sonrió y asintió

-. Esta bien, entonces entremos- dijo Jimin abriendo la puerta de la mansión, al entrar todos los mayordomos en la mansión hicieron fila a los dos lados dejando un espacio para que ellos pasaran e hicieron una reverencia al mismo tiempo

-. ¡Bievenido Joven maestro!- dijeron todos al unísono

Jimin les dedicó una sonrisa mientras pasaba, Jungkook iba detrás de él mientras saludaba con un asentimiento de cabeza, ni en su casa saludaban de esta manera tan respetuosa, de verdad los Park tenían mucho aire de Reyes. Siempre le sorprendía como los mayordomos saludaban a los Park, los saludaban como si fueran Dioses o quien sabe que, eso le parecía demasiado absurdo. Además nunca en su vida se imagino que se convertiría en el mejor amigo del hijo de un Park y que conocería la mansión. Cuando se hizo amigo de Chan-Yeol su padre lo felicito y se alegro por ello, según su padre ser amigo del futuro presidente traería muchos beneficiós a toda la familia.

-. Joven maestro, el señor Seo lo esta esperando en el gran salón- dijo el mayordomo de nombre Harrison

Jimin asintió, le entregó su mochila al mayordomo y se dirigió a al salón donde lo estaba esperando su maestro de piano, Seo Kang-Min, ese era el nombre de su maestro, este le ha Estado enseñando desde que era un pequeño cachorro, él lo consideraba como un tío y su maestro como un sobrino, su maestro es el tío de Tae-Min y gracias a Seo Kang-Min conocio a su mejor amigo. Recordaba cuando su maestro trajo a Tae-Min por primera vez, recordaba que al principio se llevaron un poco mal pero con el tiempo se volvieron inseparables, para él Tae-Min era como su hermano, así lo consideraba y quería que su amistad con su amigo durará toda la vida, ese era su deseo.

Jimin entró al salón con una sonrisa mientras detrás de él entraba Jungkook, conocía muy bien esta sala, muchas veces admiro el piano que había allí y se preguntaba si algún día podría tocar aquel instrumento, cuando era pequeño y un adolescente le pidio incontables veces a su padre que lo dejara aprender a tocar ese instrumento pero se negó todas las incontables veces que se lo pidió, así que dejó de insistir y se rindió en aprender a tocar el piano, según su padre, los Jeon no habían nacido para aprender a tocar un estúpido instrumento y que no estában diseñados para eso.

𝓑𝔂 𝔂𝓸𝓾𝓻 𝓼𝓲𝓭𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora