Jungkook lo observó fijamente, no iba a negar que Jimin se había convertido en un hermoso Omega, ya no tenía cara de niño si no al contrario, de todo un adulto, gracias a eso casi ni lo reconoce cuando entró, si no hubiera sido por el aroma a algodón de azúcar se habría tardado en reconocerlo.
—. ¿Entonces que haces aquí, Jimin?— interrogó Jungkook mientras se preguntaba que había sido eso que sintió momentos atrás, se sentía ansioso y con ganas de acercarsele. Jungkook trago grueso ¿Sera que este Omega era su...?, El Alfa sacudió su cabeza sacando ese pensamiento, jamás, este chiquillo no podría ser su Omega destinado. No puede aparecer en este momento donde tiene que casarse obligatoriamente con alguien más. No y no, seguramente su lobo se estaba confundiendo, si, tal vez eso.
"Ni siquiera pienses que estoy confundido idiota"
Jungkook gruño bajó al escuchar la respuesta de su lobo.
¿Que quieres decir con eso?
"A veces pienso que eres bastante estúpido. Por fin lo encontramos, encontramos a nuestro destinado"
Jungkook observó a Jimin y frunció el ceño, no podía ser verdad, esto era mentira, la necesidad que sentía de estar junto a ese Omega y consentirlo era porque es su destinado. Todos los síntomas que sentía los había descrito Chan-Yeol, no podía ser verdad ¿Por qué tenía que aparecer en este momento? No podía desobedecer a su padre, no podía dejar este matrimonio por su Omega destinado. Jungkook puso sus manos en puños y le dieron ganas de desquitarse con alguien.
Jimin lo observó y se levantó del sofá, el aroma que desprendía de Jungkook era más fuerte, más hipnotizador y más atrayente, quería acercarse, quería llenarse de ese delicioso aroma e impregnarse de el y por ahí derecho impregnarlo a él con su aroma.
—. Estoy aquí para verte Jungkook— dijo Jimin con una sonrisa
Jungkook frunció el ceño—. ¿Por qué?—
Jimin se acercó aún más a Jungkook, el Alfa trato de no inhalar el aroma que desprendía Jimin, aunque todo su ser le pedía a gritos que llenará sus pulmones de aquel aroma pero por supuesto no le haría caso a sus instintos.
—. Porqué quería confirmar algo y ya lo hice, ¿No lo sentiste Jungkook? ¿No sentiste esa conexión entre nosotros?—
Jungkook tragó grueso y negó—. No sé de que hablás, tengo cosas que hacer así que te pido que te vayas— pidió Jungkook señalando la puerta de su Oficina
Jimin gruño y frunció el ceño—. ¿Me estas echando? Ni siquiera he terminado de hablar— refunfuñó mientras se cruzaba de brazos
Jungkook lo observó, hasta su personalidad había cambiado, estaba seguro de que si hace cinco años le hubiera dicho que se fuera, lo habría hecho sin rechistar, esta situación le estaba causando dolor de cabeza.
—. Bien, entonces habla, tienes dos minutos— dijo cruzándose también de brazos
Jimin hizo una mueca—. ¿Dos minutos? Eso es muy poco— se quejó
Jungkook rodó los ojos—. Dos minutos es mejor que nada, ahora ya tienes un minuto y medio—
Jimin suspiro con pesadez y se acercó aún más a Jungkook haciendo que sus aromas se mezclaran y suspirarán encantados con eso, Jungkook reaccionó y se separó un poco de él haciéndo que su lobo se quejará.
—. Jungkook, admite que sientes esto, que sientes que estamos completos y esa necesidad de estar juntos e impregnarnos de nuestro aroma, admítelo— dijo Jimin tomando de la mano a Jungkook, sintiendo como una electricidad recorrió todo su cuerpo al sentir la mano del Omega
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𝓑𝔂 𝔂𝓸𝓾𝓻 𝓼𝓲𝓭𝓮
RomancePark Jimin un lindo, adorable e inocente joven de catorce años. Con su singular ternura y belleza cautivaba cualquier corazón y persona. Pero a Jimin solo le gustaba una persona y ese era el mejor amigo de su hermano mayor, Jeon Jungkook, un Alfa e...