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Movió su mano lentamente hacia el rostro del otro, listo para despegar el parche. Sin embargo, algo detuvo su mano... Una mano sombría sostuvo su muñeca antes de siquiera tocar al otro. Al mirar a lo que sea que lo detuvo, se encontró con unos ojos y sonrisa verdosas brillantes, viendo de una forma que no sabría describir. La sombra de Alastor estaba "defendiendo" a su dueño.
— ¿Qué carajo eres? — Cuestionó Lucifer, soltándose de un jalón.
La criatura, viéndolo fijamente, ladeo la cabeza en confusión. Para ser sinceros, Lucifer había olvidado la existencia de esa cosa. Aunque, desde que la vio se preguntó: ¿Alastor la controla por completo o tiene conciencia propia? ¿La estaba controlando incluso dormido o ella se estaba moviendo por su cuenta? No estaba seguro. De lo que si estaba seguro era de que esa presencia se sentía un tanto... Familiar... Pero no en el sentido de que sea Alastor, se siente cómo alguien distinto pero que conoce. Sacudió su cabeza y regresó a la realidad.
— Bueno, igual tengo otros asuntos que atender — Dijo levantándose — cuida a la bella durmiente, oscurito — dijo en un tono burlón mientras hacía aparecer un portal.
Tras aparecer en uno de los pasillos del hotel, se puso reflexivo. No podía dejar de pensar en aquella criatura sombría que había defendido a Alastor. Sobre todo en esa desconcertante familiaridad. ¿Lo había visto antes de conocer a Alastor? Estaba seguro de que no, de ser así lo recordaría. Es muy difícil olvidar por completo algo tan único como una sombra viviente, ¿saben?
Con un suspiro, Lucifer se dio la vuelta, encontrándose con una puerta en específico.
— ¿Me extrañaste? — preguntó cómo si la habitación misma fuera a responderle. Luego forzó la cerradura.
Cuando la puerta se abrió, el pantano le dio la bienvenida. Muy bien... ¿En dónde estaba ese árbol...? Se preguntaba Lucifer. Con paso firme comenzó a caminar, ignorando que sus botas se estuvieran llenando de lodo. Podía escuchar el sonido de los grillos, pero no sabía de dónde venía. De todas formas, eso era algo secundario. Lo importante era esa bolsa.
Podía abrirla, ver que hay dentro, y cerrarla antes de que Alastor despierte. Así no tendría por qué enterarse. Esas eran suposiciones, claro. Aunque, incluso si Alastor se enteraba, no podría hacerle nada al mismo Rey del Infierno. Lo máximo que le haría serían cosquillitas.
Luego de estar caminando unos minutos, finalmente encontró lo que buscaba. El gran árbol hueco, iluminado por las sobrenaturales luces verdes y azules. En su interior, la bolsa de plástico negro descansaba, imperturbable.
Se acercó con paso firme, escuchando sus pies chapotear levemente en el lodo. La nota seguía allí, pero ya no era de su interés. Se agachó y observó lo que realmente le importaba. Sin perder tiempo, movió sus manos al nudo.
— Vamos... Sólo un vistazo — Murmuró para sí mismo, desatando el nudo.
Inmediatamente, un olor asqueroso escapó de ella. Tuvo que cubrir su nariz por esto, soltando un quejido asqueado. ¿Qué diablos guarda aquí y porque huele a mierda? Se preguntó. Con su mano libre abrió levemente la bolsa y se asomó adentro, notando algo rojo. ¿Eso era cabello...? De hecho, eso parecía una cabeza. En la nota decía que no era un cadáver, ¿entonces era un muñeco o algo así? ¿Por qué huele tan mal? ¿Por qué Alastor lo guarda así?
Antes de poder seguir investigando, algo se materializó entre él y la bolsa, obligándolo a retroceder.
— Su majestad — Alastor, regresando a ser el mismo de siempre, apareció de entre las sombras, alejándolo de la bolsa — Veo que está aquí... Otra vez... — Alastor dijo entre dientes.
— ¿Qué mierda es eso y por qué huele tan horrendo? — Lucifer fue directo al grano, asqueado por el olor.
— no le incumbe — Alastor se giró hacia la bolsa, viéndola abierta — ¿Qué tanto vio? — le cuestionó en un tono aparentemente preocupado.
Alastor se agachó para volverla a cerrar. Sin embargo, su mano se detuvo antes de siquiera tocar la bolsa, cómo si el contenido lo afectara de alguna forma.
— No mucho. ¿Es un muñeco? Si es así, deberías lavarlo, es asqueroso — Lucifer continuó hablando. Sin embargo, no le respondieron por alguna razón — ¿Alastor? — llamó al otro, quién parecía paralizado — ¡Tierra llamando a Alastor! ¿Hola? —
— hay una razón por la que tengo esto guardado así — la ausencia del filtro de radio, el tono de voz apagado, y la forma en la que Alastor dejó caer su mano le dieron a entender que eso ya era más serio.
— Bueno, yo... — Lucifer intentó explicarse, pero fue rápidamente interrumpido.
— lárgate —
Lucifer arrugó la cara, viendo al Demonio Ciervo contemplar la bolsa. Con un suspiro, creó un portal y salió de allí.
El contenido de la bolsa, aunque oculto a los ojos del mundo, era una carga que Alastor había llevado consigo durante mucho tiempo, un recordatorio constante de algo que no podía, o no quería, dejar atrás.
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Mientras tanto, Lucifer regresó a su habitación, el portal se cerró detrás de él con un silencioso zumbido. La imagen de Alastor contemplando la bolsa negra se quedó grabada en su mente. Había algo en la reacción de Alastor que no podía evitar notar, una mezcla de tristeza y dolor que no se asociaba con el Demonio Radio.
Lucifer caminó hacia la ventana, buscando despejar su mente. La familiaridad que había sentido con la sombra de Alastor seguía rondando en sus pensamientos. Era una pieza del rompecabezas que no encajaba, cómo un problema matemático que no podía comprender.
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De vuelta en el pantano, Alastor volvía a retorcerse de dolor ante la ausencia de Lucifer, pero ya no quería estar cerca de él. Se recostó frente a la bolsa aún abierta, abrazándose a sí mismo cómo si eso lo fuera a aliviar su dolor. Mordió su labio, rasgando un poco la tela.
Sobre él, una figura sombría se materializó, viéndolo con unos ojos verdes que parecían preguntar "¿por qué no me lo habías dicho antes". Desvió la mirada de los ojos de la sombra, sintiendo fastidio.
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Lucifer había salido de su habitación y había empezado a caminar por el hotel, buscando relajar su mente y distraerla de lo ocurrido. Allí se encontró con Charlie y Vaggie, quiénes hablaban animadamente sobre el hotel. En cuanto notaron su presencia, lo saludaron.
— Hola, señor — Vaggie saludó.
— ¡Papá, hola! — Charlie le siguió.
— Hola — dijo con una sonrisa un tanto forzada.
— ¿Está bien? Parece preocupado — Vaggie preguntó, poniendo las manos en sus caderas.
— creo que la cagué horrible — Lucifer admitió.
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✷ᴅᴏʟʟ✷ (ᴀᴘᴘʟᴇʀᴀᴅɪᴏ/ʀᴀᴅɪᴏᴀᴘᴘʟᴇ)
Fanfiction✷ᴅᴏʟʟ✷ Tras la pelea con Adán, Alastor terminó muy herido, con su cuerpo de tela realmente dañado. Debido al poder angelical que permaneció en su herida, fue incapaz de cerrarla. Ahora, Alastor debe buscar una forma de repararse antes de que alguien...