✷ᴅᴏʟʟ✷ (ᴀᴘᴘʟᴇʀᴀᴅɪᴏ/ʀᴀᴅɪᴏᴀᴘᴘʟᴇ)

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 12

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Una semana. Una semana en dónde Alastor se aisló por completo en su habitación. Habían intentado hablar con él y sacarlo de ese lugar. Sin embargo, ni siquiera les contestaba. Charlie ya estaba sumamente preocupada y sin poder dormir.

Todos los días iba a tocar la puerta, esperando una respuesta. Aún así, el silencio era lo único que recibía. Estaba empezando a creer que ya ni siquiera estaba allí.

— ¿Alastor? — Charlie se pegó a la puerta, con la esperanza de escuchar algo dentro — no sé que pasó. Pero, si te sientes mal, yo estoy aquí para escucharte y ayudarte, lo sabes — dijo, esperando una respuesta.

Silencio.

Iba a tocar nuevamente, pero el sonido de una explosión la detuvo. Se quedó frente a la puerta unos segundos, esperando que eso hiciera que el Demonio Radio saliera de su habitación.

Pero nadie vino.

Con un suspiro resignado, Charlie corrió a la fuente del sonido.

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La pared había sido destruida, cayéndose a pedazos y levantando la tierra.

— ¡Carajo! — Husk exclamó, torciendo por la tierra que empezaba a elevarse. Salió de detrás de la barra y se dirigió a las escaleras, queriendo alejarse del caos generado.

— Interesante reacción... — Dijo Baxter, anotando el incidente en su libreta.

— ¿¡Qué está pasando!? — Charlie llegó al mismo tiempo que su novia, viendo el desastre.

— ¡Este puto psicópata, eso está pasando! — Angel exclamó con enojo señalando a Baxter, quién parecía muy concentrado en sus apuntes.

— Me gustaba esa pared... — Lucifer, aunque algo distraído, se unió a la conversación.

— ¡Pen...! ¡Baxter! — Charlie se corrigió de inmediato — ¿¡Qué es esto!? —

— ¡Silencio, mujer! ¡Estoy haciendo ciencia aquí! — Baxter si giró a verla con enojo.

— ¡Esto es un hotel, no un laboratorio! — Vaggie interrumpió el momento — tus experimentos pueden herir a la gente aquí — se cruzó de brazos viendo al más bajo de forma severa.

— Y destruir más paredes — Lucifer agregó — no queremos que el hotel se venga abajo — dijo con un tono ligero, desviando la mirada.

— Sí, sí — Baxter le restó importancia, tomando su maletín y dirigiéndose a las escaleras.

— ¡Baxter! ¡Esto es importante! — Vaggie fue tras él.

— Baxter, no puedes hacer eso aquí — Dijo Charlie, siguiéndolos — ¿Qué pasaría si estuvieras tranquilamente en el lobby del hotel, cuando de repente alguien explota la pared? Te sentirías molesto, ¿verdad? Eso es lo que sienten los otros residentes, nosotros — Explicó, pero Baxter no parecía estar escuchándola.

— Ajá... — Baxter se detuvo frente a la puerta de su habitación.

— ¡Baxter! — Vaggie exclamó, intentando evitar que les cierren la puerta en la cara.

Sin embargo, fue muy tarde, pues Baxter cerró la puerta de un portazo. Charlie y Vaggie se quedaron en el pasillo, intercambiando miradas de frustración y preocupación.

— ¿Qué vamos a hacer con él? — Preguntó Vaggie, claramente angustiada.

— Tranquila, Vaggie. Sólo hay que tener paciencia. Nadie se vuelve bueno de un día para otro — Charlie puso su mano en el hombro de su novia.