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Después de su pequeño descubrimiento, Alastor comenzó a dormir más. De alguna forma inexplicable, dormir hacía que el dolor se aliviara. Sin embargo, no desaparecía por completo, por lo que estaba en un sufrimiento constante. A pesar de esto, seguía ocultándolo todo bajo esa sonrisa. No importaba cuanto le dolía, simplemente sonreiría como si nada estuviera pasando, como siempre lo ha hecho.
No iba a negar que la acción de dormir y sentir dolor lo hacían sentir más... Humano. Estuvo tantos años sin sentir nada, ni siquiera emociones. Tantos años pretendiendo que estaba feliz, enojado, que le gustaba algún sabor que ni siquiera podía sentir... Ahora ya no tenía que fingir, pues ahora sería auténtico, cómo un humano. Y no, no la estaba pasando bien.
Todo eso al mismo tiempo lo estaba desgastando, para su propia sorpresa. Se sentía agotado y abrumado por las repentinas sensaciones que su cuerpo le proporcionaba; de un día para otro comenzó a sentir cada fibra de su ropa sobre él, al siguiente empezó a sentir los sabores de distintos alimentos, al siguiente algún dolor distinto a la herida, y así podría seguir infinitamente.
No entendía cómo pasaba, pues él era un muñeco, no un humano. Se suponía que había dejado su humanidad atrás hace tantos años, producto de un castigo. Y aún así allí estaba, sintiéndose más humano que nunca. No iba a mentir, más tampoco admitir: quería reír, gritar, llorar y vomitar, todo al mismo tiempo. No sabía cómo manejarlo y se sentía... Horrible, repugnante, asqueroso, repulsivo incluso...
Cualquiera en su lugar lloraría de felicidad al sentir su humanidad regresar. Pero él... El se quería arrancar la piel. O tela, lo que fuera. Quería volver a ser un muñeco, una herramienta. Nunca pensó que podría llegar a sentirse así.
Además, había cierta persona que volaba por su cabeza todo el tiempo: Lucifer. Por alguna razón empezaba a sentir muchas cosas hacia él, cosas que ni él entendía. Pero, estaba seguro de que no era por nada más que descubrir una cura para la herida. Sí, eso era todo. No había mas, no debía haber mas.
La luz del atardecer se filtraba a través de las ventanas del hotel, tiñendo todo con tonos dorados y naranjas. Alastor caminaba por los pasillos, cada paso resonando en el silencio que se había apoderado del lugar. La sensación de la tela de su traje rozando su piel era una constante recordatorio de su nueva realidad; una realidad que aún no estaba listo para aceptar completamente.
Al llegar a su habitación, se detuvo frente a la puerta, su mano vacilante sobre la perilla. Respiró hondo, intentando calmar el torbellino de emociones que lo asaltaban. Finalmente, abrió la puerta y entró.
El cuarto estaba tal como lo había dejado, con su pantano brillando en tonos verdosos y azulados, pero ahora se sentía diferente. Cada objeto parecía cobrar vida bajo su nueva percepción, y los recuerdos asociados a ellos eran más vívidos que nunca.
Se acercó a un viejo gramófono, levantó la aguja y la colocó sobre un vinilo. La música comenzó a sonar, una melodía jazz que solía ser su favorita. Pero ahora, la música no solo llenaba la habitación, sino que también llenaba su ser, provocando una serie de emociones que antes no podía experimentar.
Mientras la música se deslizaba por el aire, Alastor se dejó caer en su sillón favorito, cerrando los ojos. Por un momento, permitió que la música lo transportara lejos de sus problemas, lejos de la confusión y el miedo que lo acosaban.
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Tanto Husk como Angel lo notaban. Un cambio en Alastor, algo que no comprendían. De la nada Alastor se veía más... Sensible. Sin embargo, nadie más en el hotel parecía notarlo. Husk no estaba dispuesto a preguntar y arriesgarse a hacer enojar a su jefe de nuevo, y Angel no quería meterse en problemas. Eso era algo que sólo hablaban entre ellos, e incluso hacían bromas al respecto cuando estaban solos, aunque a veces Niffty se unía. Sin embargo, la espinita seguía allí; El sentimiento de que algo estaba mal.
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✷ᴅᴏʟʟ✷ (ᴀᴘᴘʟᴇʀᴀᴅɪᴏ/ʀᴀᴅɪᴏᴀᴘᴘʟᴇ)
Fiksi Penggemar✷ᴅᴏʟʟ✷ Tras la pelea con Adán, Alastor terminó muy herido, con su cuerpo de tela realmente dañado. Debido al poder angelical que permaneció en su herida, fue incapaz de cerrarla. Ahora, Alastor debe buscar una forma de repararse antes de que alguien...