El aire frío de invierno golpeaba mi rostro, mientras esperaba que Jack procesará todo, sentados en el suelo frío del jardín.— ¿Cómo paso todo esto en tan poco tiempo? — preguntó aún con un rostro confundido.
— No lo sé, solo pasó — respondí.
— Ni siquiera sabía que te gustaban los hombres — dijo.
— Yo tampoco lo sabía — respondí.
No respondió eso, solamente me miró con curiosidad.
— ¿Que quieres preguntar? — pregunté.
Sabía que quería saber algo más por el rostro curioso con el que me miraba.
— ¿Cómo se llama? — preguntó.
— ¿Quién? — respondí con otra pregunta.
— Tu novio — dijo.
— No necesitas saberlo — respondí.
No dijo nada más, solo se quejo en silencio, era tan solo un año mayor que yo, pero aún así parecía menos maduro que yo.
— Entonces, ¿En qué quieres que te ayude? — preguntó. — Si me lo contaste fue porque buscas ayuda, no porque quieres que lo sepa — agregó.
— Te has vuelto inteligente — le respondí.
— ¿Entonces? — dijo.
— Bien, necesito que me ayudes a salir de aquí — respondí.
— Tienes la puerta enfrente, ¿Por qué no te vas? — dijo.
— Sabes que no es tan fácil — respondí sorprendiendome a mi mismo haciendo está vez el puchero.
— Bien, voy a ayudarte, solo está vez — dijo Jack.
— Perfecto — respondí.
Le sonreí mientras chocamos nuestras manos en signo de complicidad.
Me levante y le ofrecí mi ayuda para levantarse.
— Entonces, ¿Que quieres? — preguntó una vez que estuvo de pie.
— Necesito salir de aquí — respondí.
Pasamos los siguientes treinta minutos hablando en la pequeña sala de estar a un lado de los cuartos, muy lejos de la cocina, lo que menos quería ahora era que ellos escucharán.
...
— Vamos, apúrate — me apresuró Jack.
— Listo, vamos — respondí.
— No sé porque te ayudo con esto — se quejó Jack.
— Solo ayúdame — dije.
Abrimos la puerta rechinante de la manera más silenciosa posible.
Recogí mi bolsa y salimos al pasillo, llegar a las escaleras no fue difícil, pero me detuve un segundo.
Las viejas escaleras de madera rechinaban con tan solo moverte cerca de ellas.
Bajamos de puntitas tratando de no hacer rechinar ningún escalón.
Logramos llegar al final de la escalera sin alarmar a nadie, al ser la una de la mañana era casi imposible que alguien estuviera despierto.
Pero el verdadero reto era pasar junto a la habitación de mi abuela sin despertarla, tenía el sueño tan ligero que podría jurar que el sonido de su corazón podía despertarla.
Pase justo a un lado de su puerta sin hacer ruido ni para respirar, Jack se quedó parado del otro lado de la puerta.
— Alto — dijo en un susurro algo asustado.
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Un beso de Judas | Biblebuild
Romance- ¿Dios te castigará si te besó? - - Lo hará - - Entonces, ¿que te parece si te llevo al infierno conmigo? - En ese momento no lo sabían, pero ya habían visitado ese lugar. ✰ Pareja principal: Biblebuild ...