16

65 10 0
                                        

( Contenido +18)

Comenzó a bajar mi ropa interior lentamente y yo sentía como mi corazón se aceleraba aún más.

Tenía taquicardia y mi respiración iba cada vez en aumento, pero no tenía miedo.

En la euforia del momento pude recordar cuando mi corazón se aceleraba de ese momento y la incapacidad de respirar se sentía tan mal de modo que sentía estar en el fondo de el mar, sin salida.

Pero al comparar esas situaciones con este momento lo único que encontré era que en este momento me sentía tan feliz, el estaba a mi lado.

Salí de mis pensamientos cuando mi ropa interior cayó al suelo.

Wichapas comenzó a besar mi abdomen bajando poco a poco.

Sentía cosquillas por todos lados, sentía como mi piel ardía en cada lugar que el había tocado.

Sentir sus dedos recorrer todo mi cuerpo era una sensación embriagante.

En un momento comenzó a masturbarme, sentía mi corazón latir aceleradamente y mi respiración ir en aumento.

Cuando me beso tome su rostro con mi mano, me di cuenta entonces que estaba temblando.

Entonces comenzó a bajar lentamente, hasta que su cabeza quedó en medio de mis piernas.

Cuando acercó su rostro a mi erección pude sentir mis mejillas arder, y la vergüenza invadió mi cuerpo.

Comenzó a dar pequeños besos y luego paso su lengua desde la base hasta la punta, sentí mis piernas temblando.

Cuando metió mi erección en su boca sentía como mi piel se erizaba.

Tan solo unos minutos después yo me sentía al borde, con mis manos intenté alejar a Wichapas.

— Y-yo, Wichapas — dije balbuceando sin lograr decir una oración completa.

Wichapas no me escucho y siguió.

— V-voy a... — fue lo único que pude decir antes de que me azotará con fuerza mi orgasmo.

— Oh, lo siento Wichapas, escupelo aquí — dije avergonzado extendiendo mis manos hacia su boca al darme cuenta que Wichapas tenía mis fluidos en su boca.

— No te preocupes smily — dijo unos momentos después.

— ¿¡Te lo tragaste!? — pregunté exaltado.

— Tiene muchos nutrientes — dijo con una sonrisa burlona.

— Basta, no digas tonterías — dije algo avergonzado.

Wichapas alcanzó algunos pañuelos de mi mesita de noche y comenzó a limpiar mi abdomen y la comisura de su boca dónde habían quedado rastros míos.

— Ya puedes vestirte smily, estar haci hace que tus mejillas estén aún más rojas — dijo Wichapas entre carcajadas

Comencé a vestirme rápidamente, me puse mi ropa interior y unos shorts cortos con una playera de maga larga y le preste ropa parecida a Wichapas.

Seguíamos sentados en el suelo, ninguno estaba hablando, pero el silencio no se sentía incómodo.

Me acosté boca abajo mientras con mis brazos detenía mi cabeza para observarlo.

Al verme el imitó mi acción.

— ¿A qué hora vuelve mamá? — preguntó.

— Después de las siete — contesté.

— Aún queda tiempo — dijo mientras miraba el antiguo reloj que colgaba de la pared de mi cuarto.

Tomo una cajetilla de cigarros de su mochila junto con un encendedor.

Un beso de Judas | Biblebuild Donde viven las historias. Descúbrelo ahora