CAPITVLVM II

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II
~ 𐙚 ~
Amaya

¿Qué iba a saber que tú me habíai dejado esa hueá en la puerta?—hablé dentro del basurero, mientras el Amaro me afirmaba de la cadera pa' que no me fuese a ir de hocico al contenedor.

Con el Amaro vamos turnándonos pa' meternos en los contenedores de la basura del edificio en busca del famoso libro que boté. Al principio, no tenía ni la menor intención de bajar con él a buscarlo, pero no tuve opción:

Porque cuando me estaba yendo, el hueón me agarró del brazo y me subió a su hombro... Así fue como llegué hasta acá.

—¿Pa' qué chucha lo botai? No vei que me demoré como una hora en hacer mi nota ingeniosa.

Parece que la "tonta" es otro...

—¿En serio te demoraste tanto en hacer esa hueá?—en cuanto dije eso, el Amaro hizo como si me fuese a soltar, así que exclamé:—¡Mentira! Erí del rey del ingenio, Amaro.

—Así me gusta más.—me volvió a afirmar con fuerza y solté un suspiro aliviado.—Ya, Amaya. Sale de ahí, que si se te va la sangre a la cabeza vai a quedar más pesa' de lo que ya erí.

—Espe...

El Amaro me sacó del contenedor y, cuando mis pies volvieron a tocar el suelo, me giró para que quedáramos de frente. En eso, hizo una mueca de asco y me sacó una cáscara de plátano que tenía pegada en la cabeza.

—Aparte, ¿por qué razón me ibai a regalar algo?—pregunté incrédula, continuando con la conversación.—Eso sí que es tenebroso, Amaro.

—¡Ja! Te aseguro que no es mío, Amayita.—negó con el índice, me sacó otra basurita del pelo y prosiguió:—La abuela del Maxi se me aparece en mis peores pesadillas...—me miró divertido y musitó:—Pesadillas porque aparecí tú también.

—Gracias por la aclaración, ojalá te la hubiese pedido.—lo empujé desde la frente con mi dedo índice y entrecerré los ojos.—¿Y? ¿Te dijo que me teníai que hacer un regalo pa' limpiar tus energías? ¿Alinear tus chakras...?

—No, solo me dijo que tenía que buscar el libro.—se acercó a mí y susurró:—Y yo soy un hombre obediente.

—Amaro...—con mi índice lo llamé para que se acercara un poco más, cosa que hizo:—¿Te gustaba la abuela del Maxi? Eri igual de simp que mi papá cuando mi mamá le pide un favor.

El Amaro soltó una risa amarga:—Hice un arduo trabajo, pero no sirvió de nada porque la linda lo perdió en menos de cinco minutos.

—Créeme, mío no es.—me asomé a un tarro de basura y lo apunté, dándole a entender que ahora le tocaba a él meterse. En eso, el hueón estiró el brazo y sacó el libro de un contenedor que ya había revisado:—¿Qué...?

—Lo vi hace rato, pero fue chistoso verte buscándolo con tantas ganas.—sonrió de costado y se encogió de hombros.—Toma, gatito.

—No me digai así.

—¿No se puede?

—No... Tú no.—tomé el libro entre mis manos y balbuceé:—Solo la gente que me quiere me puede decir así.

Hechizo CuliaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora