En una remota isla habitada por pocos, Tn trabaja en la tienda de sus padres, sintiéndose atrapada en una vida monótona y predecible. Su rutina cambia drásticamente cuando un barco pirata ancla en la costa y, tras un encuentro inesperado, Tn es recl...
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Me desperté sin saber dónde estaba, miré a mi alrededor sobresaltada por el agobio que sentí al no reconocer la habitación en la que me encontraba, solo notaba un pequeño tambaleo de esta.
Mire hacia los pies de la cama, encontrando una bolsa que parecía estar llena.
No había sido una pesadilla. Realmente me había alejado de mis padres.
Cuando hice el amago de levantarme, un pinchazo en mi cabeza me hizo volver a sentarme en la cama, me habían secuestrado.
¿Algo podía ir peor? No sabía en que punto del mar estaba, mis padres estaban lejos de mi ¿y yo? Yo pronto estaría muerta como me encontraran.
Froté mi cabeza mentalizándome de que en algún momento tendría que levantarme, así que apoyándome en la cama y lentamente, conseguí ponerme de pie.
Me aproximé a la puerta y la abrí con cuidado, salí de allí como pude e intenté subir las escaleras hacia la cubierta agarrándome a la barandilla.
-Aghh...- Gruñí llevándome la mano libre al abdomen.- Mierda.- Subí mi camiseta ensangrentada y vi que la herida estaba cubierta por una especie de tela.
Con todo el dolor del mundo en mi cuerpo, conseguí subir las escaleras.
Escuché unas voces, que provenían de la cocina, así que me dirigí hacia allí.
Abrí la puerta sigilosamente y entré dentro.
-Ahora lo que importa es que se recupere, luego veremos que hacer con ella.- Nami estaba hablando con Sanji.
-Pero, ¿y si vienen a por ella?- Sanji se calló un momento para echar a una cazuela unas zanahorias.- No podemos dejar que le pase nada.
-No le va a pasar nada Sanji. Es muy complicado que la encuentren, nos estamos moviendo todo el rato y ni siquiera saben hacia dónde.
Sanji iba a contestar, pero yo me adelanté antes.- Pues a mi si me gustaría saber a dónde voy.
-Tn...- Nami se acercó a mi tocándome la frente.- ¿Como te encuentras?
-Fatal, gracias.- Sonreí como pude y Nami soltó una pequeña risa.
-Tranquila, te pondrás bien, Sanji y está haciendo sopa.- Miré al rubio y le agradecí.
-Siéntate en la mesa preciosa, los demás están allí.
Nami me acompañó hasta la mesa y me ayudó a sentarme.
Luffy y Usopp, me mandaron una sonrisa reconfortante y tranquilizadora, mientras que aún que sabía que Zoro estaba allí, no quise mirarle.
Sanji apareció con la cazuela llena de sopa, y me sirvió la primera a mi.- Para que te recuperes.- Dijo pasándome el plato.
-Gracias.- Respondí tímida.
-¿Te duele?- Me preguntó Usopp señalándome la herida.
-La verdad es que si, sobre todo cuando subo escaleras.- Dije revolviendo la sopa.- ¿Como he llegado hasta aquí?
