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Helaena y daerys corrían detrás de maelor en aquel bosque con alegría sin preocupaciones.
– Es un niño muy inquieto. –decía daerys sonriendo.
–Como tú. –Respondió helaena también sonriendo.
Habían acordado ir aquel bosque que siempre iban ya que daerys quería ver a su hijo aunque sea una vez.
– quiero estar con ustedes para siempre. –Expresaba daerys a helaena.
– Es complicado. –dijo esta mirando a su niño que perseguía a una mariposa para después mirarlo– Aunque es posible y esta cerca pero dentro del caos. –siguió diciendo ahora sin voluntad.
–¿Helaena?. –preguntó este confundido al escucharla hasta que ella se quedó callada y se acercó más a ella preocupado. – hela..
– Lo siento, no pude detener esas palabras estúpidas, ¿sonó muy ridículo, no? Perdó... –Respondió esta avergonzada alejándose.
–Tranquila, no son palabras estúpidas, por algo las dices, solo no sabes lo que significa, pero eso no quiere decir que sean ridículas –Este acaricio sus mejillas para luego acercarla más a él.
– Eres el único que piensa eso, todos me ven como si estuviera loca. –Expresó esta bajando la mirada.
– Por que no saben nada de los targaryen, algunos targaryen eran soñadores y...
– Lo se, daerys, pero a la gente no le interesa eso. –Respondió esta con una cierta molestia alejándose.
Ya que no le gustaba ser, como lo llama daerys, una soñadora, por que no servía de nada si no puede resolver aquellas palabras.
– Helaena... –este quería acercarse pero esta se había ido al lado de su hijo.
– Debemos irnos, ya se está haciendo tarde, ella se dará cuenta. –esta agarro la mano de su niño para luego acercarse a su dragón.
–Adiós, tío dae. –expresó el niño despidiéndose antes que su madre lo suba al Dreamfire.
– Adiós.. –se despidió con una cierta tristeza mientras veía como helaena se alejaba con su dragón.
