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No había funcionado el plan de helaena, su madre lo tomó como una amenaza aquellas palabras, aegon había desaparecido nuevamente, el caos llegó.
– Mami, mira –este le muestra un libro de dragones donde apunta a la imagen de balerion– yo quiero un dragón así. –expresaba emocionado.
–Tú dragon será el más grande de todos, mi niño. –esta le acarició su mejilla.
Pero algo hace que los dos se asusten, helaena protege a su hijo, poniéndose en frente, la puerta había sido abierta fuertemente y sin permiso, dejando ver a alicent y su guerdian, criston.
– Madre, ¿que pasa?. –preguntó helaena preocupada sin dejar de proteger a su hijo.
– Hay que sacar la sangre mala, hija mía, hay que destruir a los bastardos qué fingen ser príncipes –alicent le da una mirada a maelor– y no hay excepciónes. –siguió sin apartar la mirada.
– No, no, no. –Exclamaba ella abrazando a su hijo, mirando como su hermano menor, Aemond se acercaba. – ¿Qué te dijo ese idiota? Es mentira todo lo dice, madre.
– Ya no hay por que ocultarlo, hermana. –Respondió este con una sonrisa.
–Criston!. –llamo alicent para que este se acercara a helaena intentando quitarle al niño.
–Suéltalo! Haré que el rey te corte la cabeza!. –exclamó helaena abrazando más fuerte a su hijo – No! –Gritó esta al recibir un fuerte empujón por parte de aemond haciendo que soltara al niño– ¡No! No no.!
Esta no podía acercarse así era agarrada por aemond, y como tenía tanta fuerza, no podía soltarse.
– Mami! mami! –gritaba el niño pero recibió un golpe de criston.
– Juro que te cortaran la cabeza, a todos! Lo haré yo misma si es necesario! –Exclamaba Helaena soltando lágrimas.
Todo se volvió muy rápido, helaena seguía intentando soltarse de aemond, alicent solo veía, mientras dos guerdias más agarraban a maelor mientras el gritaba pero hasta que un momento a otro dejo de hacerlo.
