CAPÍTULO 70
>N A R R A D O R A N Ó N I M O<
—Ay, pero si Danger todavía tiene fuerzas para insultar. —Se burló Vincent, dando un paso al frente. No le temía a una humana que se cree inmortal menos le va a tener ahora como moribunda.... ¿O si?
Aiken, anticipándose a lo que le esperaba a su aliado, retrocedió un par de pasos a la izquierda y con él se llevó a a Rosalía. Mientras que los aliados de Ariadne intentaban descubrir por qué no podían moverse de sus lugares.
—¿Y sabes para que más tengo fuerza? —Pronunció Ariadne jadeando, mostrándose vulnerable ante los ojos de su rival e irrompible para ella.
—Ilumínane.
Sonrió con burla, mas esta sonrisa fue eliminada de golpe al sentir la mano de la humana en su pecho. Atravesándolo sin piedad. Mirándole a los ojos, los suyos llenos de fuego y sed vengativos.
No se lo esperó.
Nadie se lo esperó.
Ella menos esperó que lograría tener fuerza, astucia y agilidad para acabar con él de la forma en la que sabía que sufriría mientras le hacía verla a los ojos, aún después de estar débil y vulnerable por su propio veneno.
—Para arrancarte el maldito corazón, Vincent Mozart —Le respondió al oído, dejándolo caer al suelo tras sacar su mano de su pecho—. Mira como acabé con tu vida en un pestañeo.
Teniendo el corazón del vampiro rival en su mano, se lo mostró. Con la otra mano libre agarró la estaca y frente a todos apuñaló el órgano que le daba vida muerta al vampiro.
—Juré que mi rostro sería lo último que verías cuando te mataría —Se arrodilló frente a él, que agonizaba e iba desapareciendo como cenizas—. Y lo cumplí, Vincent, yo gané.
Ariadne no rompió el contacto visual en ningún momento, no hasta después de Vincent desaparecer.
Ya no existía.... al menos no es ese plano.
—¡Vincent! —Rosalía que minutos antes había sido aguantada y amordazada por la mano y brazo de Aiken, le gritó—. ¡Tú, maldita perra, lo mataste! —Su rostro muestra su verdadero ser, su forma oscura— ¡Mataste a mi marido!
—No es como que le fueras leal y te importara —Soltó burlona, Ariadne, aguantando un quejido por el ardor que sentía dentro de sí misma—. Era un estorbo en tu clandestina relación con Aiken, Rosalía.
Cuando Rosalía tenía intenciones de atacar a Ariadne, esta, sintiéndose fuerte nuevamente, olvidándose de su estado, lanzó con agilidad certera dos estacas con verbena que terminaron por incrustarse en el abdomen y clavícula de Rosalía, haciéndola gemir y gritar de dolor, aumentando su rabia contra la humana. Todos la vieron con sorpresa, a excepción de Aiken.
—¡Maldita perra...!
No obstante, su nuevo ataque hacia la humana no llegó. Ariadne bloqueó el ataque y se movió con rapidez, quedando detrás de la vampiresa para luego atravesar su mano en el cuerpo pálido de Rosalía y llegar al corazón.
Rosalía abrió los ojos en demasía, su dolor y sufrimiento empezaba a notarse, tras Ariadne ir desprendiendo su corazón con una lentitud tortuosa para la vampiresa.
—¿Aiken? —Miró Rosalía suplicante al susodicho, en busca de ayuda, porque sabía que ya no podía sola y su destino iba a ser el mismo que el de Vincent.
—Te dije que dejaras a Ariadne en paz, pero no me hiciste caso. —Fue todo lo que Aiken le dijo, sorprendiendo a todos.
Eso era.... raro, por no decir que demasiado sospechoso. Primero deja que Vincent, su aliado, muera, y ahora a Rosalía. ¿Qué pretendía Aiken Austen dejando que Ariadne matara a dos de sus aliados?
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Pacto de Sangre (Completa)
FantasyElla es alguien a quién nunca desearás conocer. Él es condenadamente atractivo como lo es ella. Ella es excesivamente peligrosa tanto como él. Él es indiferente cuando de alimentarse se trate. Un vampiro y una humana, dan inicio a su historia con un...