Capítulo 11

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CAPÍTULO 11

>A R I A R O D R Í G U E Z<

—No. —Miente débilmente desviando la mira, retrocediendo un par de pasos.

Parece un conejito asustado, arrinconada en una esquina, esperando su final por su depredador. En este caso, soy yo.

—No me gustan las mentiras —Mi mano se enreda en su cuello, ejerciendo presión—, lo sabes muy bien.

—Aria, por favor —Respira con dificultad mientras intensificó más mi agarre—. Tienes que creerme.

—¿Cómo puedo creerte después de la mierda que me hiciste?

—Eso fue en el 2008, éramos niñas, estaba muy asustada.

—¡Ni de coña! No me vengas con esa gilipollez —Rugí mirándole con puro odio—. Me dejaste sola en esto, dejaste que me metieran en un maldito psiquiátrico con sólo 10 años.

—Aria...

—Escena muy linda de ver —Interrumpe el vampiro. Jolín, y yo que disfrutaba de esto—, pero el tiempo se agota.

—Vete si andas con prisa. —Le digo con la típica voz cortante y fría de Danger, y libero el agarre de ella.

—No me voy hasta que pactemos.

Me volteo a verle con desprecio.

—No voy a pactar nada contigo, colmillitos.

—¿Cómo me llamaste? —Se ofende y se lo repetido deletreando, sacando mi dedo corazón en su dirección— Te harán falta unas buenas lecciones de educación.

—Como si tú las tuvieras. —Me burlo recargando mi espalda a la pared más cercana.

Me parece tan irreal que esté hablando (discutiendo) con un chupasangre.

—¿Cómo te llamas? —Pregunta Vanesa con un ápice de emoción. Malditos traidora. Se vende por una burras palabras de un vampiro— ¿Eso de saber tu nombre incluye que Aria debe pactar primero? —Él asiente para el descontento de Vanesa y ella me mira suplicante y niego—. Aria —Suspira—. Quiero saber quién asesinó a mi familia también, por favor.

—Hermana, por favor.

—No me vuelvas a decir así —Gruñí en su dirección, asqueada—. Hace mucho dejamos de ser eso. Buscaré al maldito asesino sin importar qué —Le digo a Vanesa sin disimular mi enojo con ella—. Y en cuanto a ti, vete chupar sangre a otro lado y no me rayes.

Terminando de decirle aquello último al vampiro, me doy la vuelta para irme a la salida.

—¿A dónde piensas ir, Ariadne? —Su aliento roza mi oreja al tiempo de que sus manos me retienen por la cintura.

—Suéltame —Me remuevo incómoda—. No me toques.

—Ya lo estoy haciendo —Susurra contra mi piel, provocando un calor en mi entrepierna. Malditos chupasangres y sus habilidades de microondas—. ¿Qué me harás?

—Gilipollas. —Gruño, al sentir sus brazos rodear más mi cuerpo, pegándome a él.

—Fuera —Escucho que le ordena a las chicas—. ¡FUERA! —Vale, me estremecí no por susto o miedo, sino de la impresión, no lo vi venir. Al escuchar la puerta cerrarse. Sus manos frías me voltea quedando frente a él— ¿Harás el pacto conmigo o no?

—Hazme lo que quieras, no voy a hacer ningún pacto contigo.

—¿Qué te hace pensar que no lo harás? —Sonríe burlón alzando una ceja.

Pacto de Sangre (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora