4| Raro

194 18 3
                                    

Llegamos al edificio. Ambos entramos y subimos al ascensor y presionamos el botón con el número cinco.

—¿Por qué crees que Eliza me hizo venir acá?

—No lo sé.

—Deberías, es tu edificio y tu oficina a la que ella me pidió ir.

—Pues yo no estoy enterado de nada.

—Bueno. Entonces toca averiguarlo.

Las puertas se abrieron y una ola de silencio nos invadió. No de parte nuestra, si no de la oficina.

—¿Hola?—dije extrañada. Es verdad que no venía a menudo, pero sabía que este silencio no era normal. No había ningún alma ahí. Nadie.—¿Hay alguien aquí? Lee, no hay nadie.

—Lo sé.

—¿No te parece raro?

De pronto sonó una canción.

Rise with the morning. You call to me. My thoughts are crawling. You're all I see.

Conozco esa canción.

—¿Es Telephones?

—De Vacations. Sí.

Wherever I go you'll always be next to me.

—Esa es la de...—y ahí lo recordé. Recordé en donde había escuchado esa canción antes.—¿Es la que me dedicaste cuando te declaraste?

—Y la de la boda también.

—Sí... ¿Por qué está.... sonando?

—No lo sé.—Dio unos pasos al frente, en busca de alguien.—Apaguen eso ya.

Seguía sonando.

—¿Lee?

—¡APAGUEN ESA MALDITA COSA YA!—de pronto la canción se apagó y alguien-Dylan- salió de detrás de una mesa, junto con otros veinte empleados.

—Hola chicos.

—¿Qué carajo fue eso?

—Lee, no fue nada.—dijo Eliza mientras salía de su escondite.

—¿Eliza?

—Ho-hola... Am, hola Aly.

—¿Para esto me querías en la oficina?

—Yo...

—¿Por eso cancelaste la ci-?—Paré de hablar antes de terminar la frase. No iba a decir "¿Por eso cancelaste la cita con el abogado?" frente a todos y que supieran que me iba a divorciar.—Yo me voy.—salí de la oficina tomando el ascensor, pero antes que las puertas se cerraran, una mano las detuvo. Lee.

—¿A dónde vas?

—¿A casa? No lo sé.

—Voy contigo.

—No gracias, prefiero ir sola.

—Yo te llevo, anda.

Ámame Como NuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora