9| Malas Noticias (1)

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(Lee)

Iba de camino al trabajo cuando una llamada apareció en la pantalla de mi auto. Bajé un poco la velocidad para no causar ningún accidente y respondí la llamada.

—¿Eliza?

—Lee—el tono que usó sonaba a que estaba preocupada.

—Dime. ¿Pasa algo?

—¿Te acuerdas que cuando tú y Aly me contrataron me dijiste que te tenía que avisar si algo malo pasaba? Bueno, es uno de esos casos.

—¿Le pasó algo a Aly?—frené el carro de golpe.—Eliza, ¿Qué pasa?

—No, no. A ella no le pasa nada.—Escuchar eso me alivió y seguí manejando.

Lo bueno es que no venían carros atrás, con el freno que di lo más probable es que causara un accidente.

—Me asustaste. Entonces, ¿qué pa-

—Se quiere divorciar.—dijo antes de poder terminar la pregunta.

—¿Qué?—volví a frenar. Esta vez, el impacto fue más grande y pegué mi cabeza en el timón.—Mierda.

—¿Señor? ¿Está bien?

—¿Qué? Ah, sí. Digo, no. ¿Amely se quiere divorciar?

—Sí, me lo contó esta mañana. Traté de convencerla para que no lo hiciera pero parecía decidida. Lee, ¿qué vamos a hacer?—dijo en medio de sollozos.

—¿Estás llorando?

—¡No quiero que se divorcien!

—No te preocupes, el divorcio es cosa de dos. Si yo no firmo no hay. Y créeme que no pienso firmar.

—Entonces lo va a demandar.

—Sin ofender, Eliza. Pero mi abogado es mucho mejor que cualquiera que ella haya contratado.

—Espero. Bueno, señor.

—Gracias por avisar. Estaré pendiente.—colgué la llamada.

¿Ella se quiere divorciar? ¿Por? ¿Ahora qué hice?

Mi mente se empezó a cuestionar hasta qué nació primero, la gallina o el huevo. En otras palabras, empecé a preguntarme a mí mismo qué es lo que he hecho para que ella quiera eso.

¿Hice algo mal? ¿No me tuve que distanciar? Pero si ella me lo pidió. Ella me dijo que... y ahora... No entiendo qué pasa.

Cambié de rumbo hacia la playa. No iba a ir al trabajo ahorita, no así como estaba. Sentí mis mejillas mojarse poco a poco y noté como se me nublaba la vista.

Mierda.

Cuando llegué estacioné el auto en el primer lugar que pude y me bajé. Ocupaba el aire libre, ocupaba escuchar el relajante sonido de las olas al chocar. Necesitaba esto. Suspiré ondo para tratar de tranquilizarme pero fue en vano. No pude evitar llorar, no pude evitar preguntarme qué hice mal. Mi teléfono sonó en mi bolsillo. Lo saqué para ver quién era y terminó siendo mi asistente. No podía lidiar con otros problemas ahora. Lo puse en silencioso y lo volví a meter en donde estaba. Me senté en la orilla de la playa, no tan cerca para que el mar no me mojara. Estuve meditando todo un par de horas. Casi dos horas y media. ¿Tal vez tres? o a lo mejor un poco más. No lo sé, perdí la noción del tiempo. Me relajé lo suficiente como para dejar de llorar y hacerme preguntas. Pensé que si ella quería eso le daría motivos para que no lo hiciera. Después de largas horas de un enorme tormento, me subí al auto y tomé mi celular.

A ver que quería Dylan.

Cuando vi la hora ya eran casi las seis. Eliza me había llamado a las dos, lo que significaba que había estado cuatro horas seguidas llorando por algo que no voy a dejar que pase. Algo que tiene solución. Apagué el modo silencioso y miré todas mis notificaciones.

-Llamada perdida de Dylan
-Llamada perdida de Dylan
-Llamada perdida de Hanna
-Llamada perdida de Dylan
-Llamada perdida de Eliza
-Llamada perdida de Dylan
-Llamada perdida de Dylan
Dylan: Llámame
Dylan: Lee, contesta
Dylan: ¿Si te digo que pasó algo con Aly vas a contestar?
-Llamada perdida de Dylan
-Llamada perdida de Dylan

Miles de llamas perdidas pero solo un mensaje me llamó la atención.

¿Algo me pasa a Amely?

Me apresuré a llamar a Dylan. Es verdad que él me llamó mil veces y no respondí pero esperaba que me contestara al primer tono. Y sorpresa, lo hizo.

—Dylan. Amely. ¿Qué pasa?

—¿Dónde carajos estás?

—¡ESO QUÉ IMPORTA MIERDA!—no fue mi intención gritar, pero cuando me dicen que le pasa algo a Aly y no me dicen el qué es como si me dijeran "mátame". —Amely.

—¿Ya sabes del divorcio?

—Eso—suspiré—Sí, ¿cómo sabes?

—¿Cómo crees? La noticia se corrió.

—Eliza.

—¿Huh? No.

—¿Qué?

—Un reportero nos lo dijo. Espera, ¿Eli sabe? Ella nos dijo que no.

—¿Como que un reportero?

—Veníamos entrando al edificio y un reportero nos detuvo. Nos dijo que si era verdad lo del divorcio. Pedimos explicaciones y nos las dieron. ¿Te vas a divorciar?

—No.

—Gracias a Dios. ¿Entonces por qué dicen eso?

—Amely se quiere divorciar.

—¿QUÉ?

—Sí...

—Pero-

—Te llamo luego.—guardé el celular y encendí el auto para ir a trabajar. Ya había perdido cuatro horas llorando, eso y que ya era tarde.

Ámame Como NuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora