🥀 Realidad 🥀

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Ese día en el parque lo esperé hasta que mí cuerpo frío por la intensidad del clima se fue congelando, pero el nunca apareció.

Mi alma insistente seguía anhelando volver a verle, escuchar su voz, sentir aquella calidez.

Noche tras noche durante dos semanas, ese bucle de espera se repitió una y otra vez sin descanso.

Nuevamente era lunes, me desperté en mi cama más temprano que de costumbre pues no podía aceptar que ese chico y sus palabras siguieran dando vueltas en mi mente.

« ¿No fue mí imaginación, cierto?

¿Será que lo soñé? »

Incluso comenzaba a dudar de mis recuerdos sobre aquél día, dejando que a su ritmo de destrucción mi cabeza se volviera loca.

- Basta, tengo que mantenerme cuerda si quiero sobrevivir en esa jungla llamada instituto. - Golpeé con ambas manos mis mejillas en retiradas ocaciones, tratando de despejar la mente y obtener concentración.

Como de costumbre salí de casa rumbo a la escuela llegando en el auto de la familia, cuando baje de el escuché una voz llamarme. - Señorita Jane, sus padres han dicho que el día de hoy no llegarán a casa a dormir. Ellos irán a un pequeño viaje de negocios.

- Muy bien William, gracias por avisarme. - Después de despedirme cerré la puerta del auto y subí las escaleras

La voz de una chica sonó tan fuerte cerca de mi que me sobresalté, a lo que ella rió. Tal parece que solo quería molestar, lo peor de todo, lo había logrado. Muchos habían visto como me sobresalté, no había logrado ocultarlo.

- ¿De verdad? ¿Son acaso unos niños?.. tan tonto.. - Me límite a seguir mi camino rumbo al aula de clases ignorando las burlas y risas hacía mí.

Casi al llegar a la puerta del salón pude notar nuevamente una bola enorme de gente rodeando a Dennis. Mientras más observaba a aquél chico en la escuela, más pensaba que era un tipo raro y sumamente manipulador. Cambiaba de ser un tipo malo a ser un amor con los demás de una manera tan rápida.

« Probablemente así consigue todo lo que quiere sin problemas...

Ese tipo es de cuidado, alguien que es de esa manera no es de fiar. »

Una voz cercana a mí interrumpió mis pensamientos llamando mi atención.

- Daniel espéranos ¿Como puedes ser así con tus amigos? - Dijo Eduardo en una combinación de un tono de molestia y burlón.

- Apúrate o no lo alcanzarás. - Dijo Santiago hacía Eduardo mientras miraba como seguía quejándose.

Daniel logró acercarse hacía mí con sus amigos detrás de él. Al mirarle sonreí con timidez, aún no me acostumbraba a tener alguien con quien hablar.

- Oh, aquí estás Daniel - Mire a los otros dos chicos detrás de él, los cuales parecían pelear por algo

- ¿Ellos están bien?.. - Pregunté con algo de preocupación.

- Lo están, así se llevan ellos. Es como se divierten, así juegan creeme. Lo descubrirás conforme les conozcas mejor - Dijo Daniel sin una pizca de duda.

- Está bien...

El y yo nos habíamos vuelto buenos amigos, comenzamos a hablar cada día un poco más. Algo que me impacto de sobremanera fue que por alguna razón no le importaba que hablaran de él por juntarse conmigo.

Mi rostro amargo creado por los demás cambiaba completamente de semblante al mirar su gran sonrisa mientras me saludaba o hablaba de cualquier cosa.

- Vamos a comer, mis amigos nos alcanzarán luego. - Dijo con total normalidad a la cual no estaba acostumbrada.

- ¿Porque? Ellos se encuentran aquí ¿no es cierto? - Volteé a verlos, ellos seguían ahí discutiendo como niños pequeños, lo cual hacía que no entendiera muy bien el porque de sus palabras.

- Ya verás, estando así ni se darán cuenta que nos hemos ido ya

No sabía porque, la forma en que me trataba era tan cálida. Una calidez que una vez conocí, pero que desapareció con el viento.

Daniel tomó mi mano comenzando a caminar al notar que estaba en algún tipo de transe por la confusión y no avanzaba. - Vamos, vamos. Seguro tendrás mucha hambre

Asentí rápidamente y comencé a caminar torpemente tratando de seguir su ritmo hasta llegar a la cafetería.

Como era de esperarse, todos nos miraron mal al vernos llegar juntos.

Por ahí algunos decían, que le había lavado la mente y por eso Daniel se juntaba alegremente conmigo.

El parecía simplemente no darse cuenta de todo el palabrerío de las masas, realmente no sé si los ignoraba o no, pero por alguna razón cuando está conmigo solo presta atención hacía mí y a nada más.

Lo cual yo misma tampoco entiendo

Puedo decir que no he hecho nada, absolutamente nada..

Igual esa respuesta lo dice todo, no he hecho nada para que el disfrute de pasar tiempo conmigo

Poniendo en juego su vida en esta horrible escuela...

Realmente él es imprescindible, e impresionante. Una persona tan amable, tan única.

Amor IndeseableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora