🥀 Aliento de medianoche 🥀

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Cansada de mí tedioso día en la escuela y la soledad que habitaba en el lugar en el que me encontraba salí de casa, una tristeza profunda inundaba mi alma mientras lentamente caminaba por horas sin rumbo en las calles de la ciudad.

Sin darme cuenta llegué a un no tan grande parque algo lejano de mi hogar, ese parque no era desconocido en lo absoluto, lo reconocí inmediatamente, en el yo conseguí un muy buen amigo hace tiempo atrás.

Lastimosamente, no recuerdo su nombre. Probablemente por el accidente que un par de años después tuve, en este parte de mis recuerdos se fueron borrando y dispersando.

Además de dañarme mentalmente, también tuve daños severos de salud. Por el estado en el que me encontré prácticamente salvando mi vida en el hospital, mi salud se volvió tan frágil como un delgado cristal.

Si enfermo así sea una pequeña gripa o incluso solo algo de cansancio, esto conllevará a tener muchos más síntomas y debilidades que me harán ser llevada al hospital para obtener tratamientos de emergencia.

En mi mente solamente permaneció un detalle sobre él, el cual es que su familia se mudó a Florida.

Fue por una fantástica oportunidad de trabajo que se les presentó y claramente no podían rechazarla.

El día que nos despedimos lloré como nunca lo había hecho, y como siempre, sólo el pudo verlo.

Lo sé porque tengo un video de ese día, el cual tontamente no tomé bien.

Supuestamente era un vídeo para recordarnos y de despedida, pero el lente nunca se enfocó. Prácticamente de este solo se podía rescatar el audio.

Tenía seis años, en ese entonces vivíamos en un pequeño sitio de la ciudad. Un barrio "pobre" si se le pudiera decir así.

Mis padres aún no tenían la fama y poder que poseen actualmente como para vivir en un espacio privado con seguridad al tope como en el que habitábamos ahora, por lo que una casita por aquí era para lo que nos alcanzaba.

Francamente, me gustaba más vivir aquí. Esta casa era pequeña, la soledad no calaba tanto como cuando te encuentras en un gran lugar sin nadie más. ¿Mi lugar favorito? Este parque al que vine a dar.

« No ha cambiado mucho, me alegra.. »

– Cuanto tiempo sin vernos ¿Me has extrañado? –Dije a la nada en el parque cual si este pudiera responder, riendo un poco después de eso.

Con una pequeña sonrisa dibujada en mi rostro, llena de melancolía e ilusiones pasadas camine hasta adentrarme al no muy grande parque.

Camine a los columpios, estaban desgastados por el tiempo y parecían no poder más pero aún sabiendo ésto deseaba volver a sentir esa brisa de felicidad en mi rostro, mirando de vez en cuando las estrellas.

En este lugar las estrellas se veían tan hermosas, el cielo nocturno tapizado casi por completo por brillantes estrellas.

No había personas pasando, todo era muy tranquilo, sólo el sonido de algunos grillos me acompañaba esta noche. Era tan agradable, tan único.

Esto me hacía volver a esas noches de mí infancia que pasé mirando las estrellas, esperando que vinieran por mí y así no estar sola.

« Las tantas estrellas en este basto cielo serían mi compañía… »

Cerré mis ojos, disfrutando del viento acariciar mi rostro, moviendo mi cabello cual de libertad se tratará.

El silencio reinaba casi por completo en el lugar hasta que de un momento a otro se escuchó una voz que parecía hablarme.

– ¿Es bastante agradable disfrutar de un tiempo así, cierto? –Abriendo mis ojos dirigí la mirada hacía el lugar donde provenía aquella voz, logrando captar la silueta de un chico alto que sonriente parecía mirar hacía mí.

Estaba realmente confundida, su voz no me parecía conocida e igual en la oscuridad de la noche no podía apreciar bien su rostro.

No sabía quién era él, pero su voz tenía un tono un tanto dulce que me dió un poco de seguridad.

– Lo es... Es bastante agradable esta tranquilidad, sin personas hablando a tus espaldas. – Sin pensar sólo había respondido.

« EH ¿Que estás haciendo Jane? ¿Porque le respondiste?»

Suspiré profundamente con algo de nervios, realmente no era capaz de hablar nuevamente, lo cual el notó.

– Creo que entiendo de lo que hablas. Es algo horrible, no es así? – Cuestionó sin hacer un solo movimiento.

– Lo es, mi vida es una horrible tortura donde todos me manejan como les da la gana... – Apreté mis propios labios con fuerza.

« Basta ¿Que estás haciendo, porque sigues contándole? »

No era una muy buena respuesta realmente, más que nada, le contaba un poco de lo que me ha pasado a alguien desconocido.

Aunque de igual manera, eso me hizo desahogar una pizca del sufrimiento que albergaba mi lastimado corazón.

Un gran suspiro, un gran aliento de calma para apaciguar por corto tiempo la tormenta que en mi mente destrozaba todo a su paso.

Amor IndeseableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora