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Narrador omnisciente

Sabrina había pasado semanas recopilando pruebas irrefutables para cortar de raíz la corrupción en la central de la FMEF en Colombia. Cada movimiento estaba cuidadosamente planeado. Instaló micrófonos y cámaras ocultas en los rincones más estratégicos de la oficina, desde los despachos privados hasta las salas de reuniones. El esfuerzo valió la pena: las grabaciones revelaban sobornos, tratos ilícitos y una red de corrupción que había estado operando sin control.

Con las pruebas en mano, Sabrina se dirigió a la oficina de Alex Morgan, el ministro de la FMEF y el máximo jerarca de esa rama. Sus pasos resonaban con determinación en los pasillos del edificio.

- Hola, Alex - saludó Sabrina al entrar.

- Hola, Sabrina - le respondió él, mirando las carpetas que ella llevaba consigo.

Sabrina colocó las pruebas sobre el escritorio de Alex. Él las examinó detenidamente antes de levantar la vista y decir con firmeza:

- Esta es la evidencia que necesitábamos. Procederemos con los arrestos de inmediato. Quiero que tomes el control del operativo y dirijas los juicios.

Sabrina asintió con determinación.

- Entendido. Comenzaré de inmediato.

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Sabrina estaba en el centro de la sala de operaciones, rodeada por su equipo. Los monitores mostraban imágenes en vivo de las oficinas de la FMEF y de las ubicaciones de las bandas criminales. Cada segundo contaba; la coordinación tenía que ser impecable

La primera parte del operativo comenzó en la central de la FMEF. Sabrina había planeado cada detalle con precisión. A las 6 a.m., el equipo de fuerzas especiales irrumpió en los despachos de los principales implicados en la corrupción: los capitanes y el coronel.

- ¡Alto! ¡Todos al suelo! - gritó el líder del equipo de arresto un teniente al que Sabrina le asigno esa tarea toma el control de la situación. al ingresar al despacho del coronel, el oficial más alto en la jerarquía de la central.

El coronel, sorprendido, se levantó lentamente de su escritorio.

- ¿Qué está pasando? - preguntó, tratando de mantener la compostura.

- Está bajo arresto por corrupción y abuso de poder - respondió el con tono firme. - Le leeremos sus derechos.

Mientras uno de los agentes leía los derechos al coronel, otro aseguraba el área. Los capitanes, también arrestados en sus oficinas, recibieron el mismo trato. Sabrina observaba desde una pantalla, cada movimiento cuidadosamente coordinado. Nada podía salir mal, de eso dependía su ascenso y el poder viajar a Italia y seguir con sus planes

Uno de los capitanes intentó resistirse, pero fue rápidamente sometido por el equipo de fuerzas especiales.

- ¡Resista! - ordenó Sabrina por radio. - Asegúrense de que todos los documentos comprometidos sean confiscados. Necesitamos todas esas pruebas para el juicio — su tono firme. Ella estaba al mando.

Con los arrestos completados, Sabrina revisó las pruebas recolectadas y se aseguró de que cada capitán y el coronel que estaba  implicado fuera correctamente trasladado a las instalaciones correspondientes.

El segundo frente del operativo se desplegó en paralelo contra las bandas criminales que habían estado operando en el país. Sabrina supervisaba desde el centro de comando mientras sus equipos se dirigían a las ubicaciones señaladas.

En una de las operaciones, las fuerzas especiales irrumpieron en una bodega utilizada por una banda de narcotraficantes. La entrada fue explosiva y rápida. Las luces de los vehículos blindados iluminaban la escena mientras los agentes avanzaban con precisión táctica.

- Todos al suelo! - gritó el comandante del equipo.

Los miembros de la banda, sorprendidos y desarmados, se rendían sin resistencia. Sabrina, lideraba esta vez en el campo de batalla ella necesitaba que no hubieran bajas en este lugar.

Todos los implicados podían dar testimonio y así poder tener más recursos para los juicios que iban a tener .

Todo salió de acuerdo al plan, aunque no podían quedarse tranquilos la tarea no era fácil y teniam que poner todos a moverse, no podían dejar que las cosas escalada o los otros escaparan.

En otro operativo, el equipo de Sabrina asaltó un club nocturno usado como fachada para el tráfico de personas. La intervención fue meticulosa. Los agentes realizaron arrestos sin causar pánico innecesario y aseguraron a las víctimas, llevándolas a un lugar seguro.

- ¡Mantengan la calma y asegúrense de que todas las personas involucradas sean protegidas! - ordenó Sabrina.

Los operativos fueron exitosos. Con cada banda desmantelada, se notaba una reducción en la actividad criminal. Sabrina sentía una mezcla de satisfacción y alivio mientras veía los resultados en los informes.

La misión estaba completa, pero el trabajo de Sabrina solo estaba comenzando. Mientras ella y su equipo se preparaban para la siguiente fase, el país comenzaba a ver los frutos de sus esfuerzos. La corrupción en la FMEF había sido erradicada en su máximo esplendor, y las bandas criminales estaban siendo desarticuladas una por una. Aún quedaba trabajo por hacer pero ya se iba notando el cambio,

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La operación fue un éxito. Los arrestos se realizaron con precisión y rapidez. Sabrina, liderando el operativo, aseguró que los traidores de la central fueran puestos tras las rejas. Con el tiempo, su acción contribuyó a la reducción significativa de la delincuencia en el país.

Unos días después, Alex convocó a Sabrina a su oficina. Su rostro mostraba una expresión de orgullo y satisfacción.

- Sabrina, has hecho un trabajo excepcional - comenzó Alex. - No solo has limpiado la corrupción en la central, sino que has comenzado a erradicar la delincuencia en todo el país. Estoy encantado de anunciarte que, debido a tu valentía y liderazgo, te han otorgado la promoción a coronel. Además, por tu destacada actuación, has recibido varias medallas— la sonrisa de orgullo en la cara de Alex no podía más. Su reina estaba escalando alto sin ayuda y el estaba viendo todo a primera fila,

Sabrina sonrió con humildad.

- Gracias, Alex. No podría haberlo hecho sin el apoyo de todos— ella se acercó hasta el y rodeo sus brazos en el cuello de Alex

El beso fogoso que se dieron luego fue del agrado de los dos, todo ese trabajo no los ha dejado tiempo solos.

- Esto es solo el comienzo - dijo Alex, entregándole un elegante reloj. - Como símbolo de tu logro y en agradecimiento por tu arduo trabajo, quiero que aceptes este regalo— le abrió una pequeña caja donde un reloj Rolex con sus iniciales grabadas estaba – lo mejor para mí reina— le dio un pequeño beso para pasarle el presente.

- Es un honor, Alex. Muchas gracias - respondió Sabrina, conmovida. Su mente alegre de no desaprovechar el tener alguien con dinero a sus pies.

- Aprovechemos esta ocasión para celebrarlo. Me gustaría invitarte a cenar esta noche - propuso Alex. — tu y yo en una suite y luego un jacuzzi a nuestra disposición — le susurró lo último con lo que Sabrina soltó una pequeña risa.

Esa noche prometía y ella estaba dispuesta a comprobar que sorpresas le tendrá el. Porque estaba segura que un reloj no era lo único que le iba a dar.

- Acepto la invitación. Gracias nuevamente, Alex— le dio un pequeño beso que poco a poco escaló y en menos de nada Sabrina estaba en el escritorio de la oficina con Alex en sus piernas.

Sin juegos previos y solo con la excitación que producía el ambiente, las estocadas empezaron y el danzar de los gemidos y gruñidos también.

Que mejor que una buena ronda de sexo luego de semanas de arduo trabajo.

Diferente //Sabrina Lewis//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora