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Un éxito más, una medalla ,as, una condecoración más

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Un éxito más, una medalla ,as, una condecoración más. Esfuerzo sudor y estrés dejados en todo el trabajo que me tocó hacer valió la pena. Ahora soy conocida como la capitana más joven y mi meta es ser la ministra más joven en la rama judicial.

Ahora me encuentro arreglandome, Alex me invitó a cenar. Me imagino que en uno de los tantos restaurantes que maneja o donde es socio. Yo siendo tan linda como siempre le pedí para un vestido y el me dio de regalo una extensión de su black card, no lo espere la verdad pero no me quejo.

Es que estúpido el que se queje de una extensión de black card.

A las 8 ya estoy lista, el me escribió que ya estaba abajo de mi departamento, bajo y lo veo esperando en la puerta de la camioneta, me río un poco puesto que combinamos un poco los looks que tenemos.

— mi amor, estás bellísima — es lo primero que me dice.

Le sonrió y le doy un beso.

— a dónde me llevas?— le pregunto, mientras el me ayuda a subir al auto.

— uno de los restaurantes de la chet harts— me dice subiendo el también.

Sonrió un poco, con que quiere poner celosa a su ex mujer, vea, no esperaba eso.

Alex Morgan

Cuando llegamos al restaurante la ayudo a bajar mientras los escoltas empiezan a rodear el perímetro

Entramos y un camarero nos lleva a nuestra mesa, la ayudo a sentarse.

— me alegro que ya seas capitana, todavía está en tus platas pedir el traslado a Colombia?— le pregunto, mientras toman nuestra orden.

— si, quiero enaltecer una de las centrales más infravaloradas, y voy por Colombia, quiero que sus soldados crezcan y estén a la altura de londres y Rusia — me dice.

La velada paso de maravilla, me encanta como habla de sus planes a futuro, como me dice las cosas que quiere y como me deja vía libre para ir a visitarla, cosa que obviamente haré, no voy a dejar que otro estúpido ponga las manos en lo que obviamente es mío.

Sabrina es mía, ella lo sabe, yo lo sé, solo falta que el mundo entero lo sepa y no falta nada para eso. Solo espero que ella no rechace ser la primera dama.

Cuando llega la hora del postre no soporto mucho y yo mismo le doy de comer, ella me sonríe feliz, atiné con el postre, todo este tiempo conociendo la me hicieron saber cuales son sus gustos.

Obviamente tengo que conocer a mi mujer, desde su comida favorita, hasta la talla de su brasier.

Siento pasos acercarse y me giro para ver qué es Sara, no imaginé que estubiera aquí. Vine a este restaurante nada más porque se que la comida es de la mejor calidad.

Yo hacía a esa cobarde en londres. Mala suerte la mía.

Volteo a ver a Sabrina y ella solo me sonríe, sigo dandole el poste que ella recibe gustosas. Tan gustosa como cuando recibe mi polla.

— Alex no espere verte aquí — me dice Sara, cuando ve que no le digo nada por andar parada por hay. Que no ve que estoy consintiendo a mi chica.

— Sara, yo era el que pensaba que estabas en londres con tu familia— le digo, sin dejar de alimentar a Sabrina.

— no me vas a presentar?— pregunta, jodida mierda, porque debe ser tan insistente, que no ve que quiero que se largue.

— Sara, te presento a Sabrina, mi prometida, mi amor, te presento a la madre de Christopher, Sara, la dueña de este restaurante — le digo, pasándole una servilleta para limpiar los restos de postre de sus labios. Sus tan apetecibles labios.

— un gusto, soy Sabrina, próximamente Sabrina Morgan, tengo que decirle que la comida de aquí es exquisita — la felicita mi chica. Yo solo le doy un beso en la frente, agradecido de haberme sentado a su lado.

— si, que sorpresa, no pensé que Alex se llegara a casar— la forma en que lo dice me dice que no le gusto de a mucho la noticia.

— sorpresas de la vida señora harts:— le dice Sabrina, yo mientras voy comiendo un poco de postre, algo me dice que no me necesitan en esa conversación.

— ojalá que contigo sea diferente, los Morgan no son conocidos por ser fieles— hay Sara, deberías dejar de victimizarte. Ruedo los ojos por eso. Si no aguantaba el divorcio es algo que le quedaría perfecto.

— así como dicen que se enamoran una sola vez, que con esa persona son capaces de todo, hasta de quemar el mundo por estar con ella, no es así mi amor— me pregunta, sonrió como un maldito puberto, por Dios, como me puede afectar tanto un apodo

— a Alex no le gusta que lo llamen por apodos ridículos y cariñosos — le dice Sara, sin dejar que le responda a mi chica.

— Sara, que no me gustará que me los digas tu es otra cosa, amo cuando mi chica me los dice. Y amor respondiendo tu pregunta, si, los Morgan solo se enamoran una vez— le digo.

— bueno, será mejor que nos retiremos, todavía me falta una sorpresa, dijiste que me ibas a dar algo luego de la cena— me dice Sabrina, saco unos cuantos billetes de cien dólares y los dejo en la mesa. La ayudo a levantar y le pongo mi saco, debe hacer frio afuera.

— si mi amor, todavía falta una sorpresa, no vemos Sara, ojalá y no pero bueno, la comida como siempre deliciosa— guío a mi reina hasta la camioneta con destino a la mansión donde está la última sorpresa del día.

Me quito la corbata bajo su atenta mirada.

— te voy a vendar los ojos mientras llegamos, será un momento nada más amor— ella asiente a lo que le digo y le pongo la corbata. Cuando estamos en la mansión la ayudo a bajar con cuidado.

La acerco al garaje donde está el último Bugatti del mercado, lo mandé a pedir rojo, mi reina se ve poderosa en ese tono.

Le destapó los ojos y sonrió cuando sus ojos lo captan y voltea donde mi.

— para mí?— me dice en un susurró, me río un poco de su cara de emoción.

— para ti mi amor, vas a necesitar un auto ahora que estés en Colombia— le digo dándole un beso, un beso que ella devuelve poniendo sus brazos en mi cuello.

Se separa y se acerca al auto, le doy la llave y no tarda tanto en subir y encenderlo. El grito de felicidad que da me hace reír.

Parece una niña con una Barbie nueva.

Sabrina

Quien dijo que tener un suggar que no sabe que es suggar estaba mal está tan equivocado. Joder me dieron un Bugatti. Nada más.

Estoy feliz, me encanta ese regalo y se lo hice saber cuando se subió y en el auto, en el garage de su mansión lo monte y lo deje venirse.

Que mejor manera de estrenar un auto.

Luego de eso, seguimos es su casa, hasta el día siguiente que estrenando mi nuevo auto, las pobres mucamas les tocó limpiar el desastre en el. Llegué a la central y sonriendo ante la vista de todos en mi sali del auto. Oficialmente me quedan dos semanas en rusia y seguiré mi rumbo, en Colombia estare unos cuantos meses y luego a Italia. Necesito empezar mis planes porque Christopher ya es coronel. Eso significa que pronto empieza la historia.

Diferente //Sabrina Lewis//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora