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Sabrina 18 años

Las medallas relucen con orgullo en mi pecho me he hecho una carrera sola, sin la necesidad de un apellido, de una familia que tape mis malas decisiones. Nada yo sola con sangre, sudor y lágrimas.

Lágrimas.

Lágrimas son las que en estos momentos quieren salir de mis ojos

Traslado obligatorio a la central de Rusia.

Alex Morgan
Ministro

No puede estar pasando esto, yo trate. En verdad lo he hecho, de no meterme en sus vidas, pero si lo que recuerdo es cierto ya Christopher es capitán.

Capitan en la centrar de Rusia.

Dónde lo mandaron luego de meterse en líos con los Mascherano, por favor destino con esto queda claro que me odias.

Pero sabes que, yo te odio aún más, estás empecinado en que tenga una vida trajica, no lo conseguirás.

Christopher Morgan
22 años

Estoy en el campo de entrenamiento, gaina está peor que un jodido dolor de huevos.

Se supone que hoy viene la teniente que tendré en mi tropa, no pudieron escoger algun inadaptado de la central, tenían que pedir del exterior.

— Morgan es requerido en la oficina del ministro— ese es otro jodido dolor de huevos

No puede dejarme en paz, tiene que estar pendiente de cada jodido paso que doy.

Camino con lentitud y notando que todo el mundo está viéndome, observó un poco de reojo a ver quién tendrá el placer de estar en mi cama hoy.

Necesito sexo.

Cuando llegó no toco ni me anuncio, solo abro la puerta y entró.

— este será tu capitán, teniente — escucho que le dice el jodido cansón de mierda que se hace llamar ministro.

— a su servicio, teniente Sabrina — se presenta y cuando la reparo me doy cuenta que es la hija de Lewis.

— enserio me pusiste a la mimada de los Lewis como teniente, que bajo cayó sus estándares ministro — ni aceptó el saludo, solo me le burló en la cara a Alex.

— con todo respeto capitán, no soy una Lewis, soy Sabrina, a secas, me auto exilie de la familia Lewis cuando tenía 15 años, entonces no hay necesidad de recordar esos lazos — me responde la rubiecita.

— ah qué bien, cuando te pregunté — respondí.

— no pregunto, pero me es más fácil aclarar ese punto, ministro necesito una medalla y seré capitana, está seguro que necesita que esté en la tropa de su hijo— ahora me ignora, está que se cree.

— por algo te van a poner conmigo, estoy a unas tres medallas para ser coronel— le digo.

— que bien, como lo decía señor ministro, puede ponerme en entrenamiento de capitán, necesito la experiencia y las firmas para el ascenso — otra vez me ignora.

Maldita me las va a pagar.

Diferente //Sabrina Lewis//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora