"El Universo De Tus Labios"
Debo de poner un enorme acento en lo siguiente: Amaba con todo mi corazón volver a estar junto a mi madre, pero, de igual forma, la vieja Moly gruñona estaba comenzando a aparecer de nuevo en mis ganas nulas de querer convivir con los vecinos.
Entendía que ella necesitaba amigos, que le encantaba ir a cenar con ellos y charlar cuando coincidían al regar el jardín, pero no entendía porque debía incluirme a mí en aquel afán.Aunque, una pequeña parte en mi pecho la entendía. Yo también estaba comenzando a desear llevar aquella vida simple en la que uno se hace amigo de los vecinos, sale a fiestas con amigas, se duerme tarde contestando mensajes y pensando que se pondrá al día siguiente para el chico que le gusta.
Toda mi vida había rechazado las etiquetas tontas de la típica adolescente que vivía en una burbuja rosa, pero ahora, una parte de mi quería dejar atrás todo el pasado y tener una de esas vidas normales y divertidas que llevaba años perdiéndome.
Y es por eso que no puse mucha resistencia cuando mi madre me mandó a vestirme para ir a cenar con los Roger, como si no vivieran al lado y me vieran todos los días con mi vieja pijama puesta.Laura, la amiga de mamá, había preparado un estofado con verduras exquisitas y unas mil guarniciones que tapizaron la mesa con un olor fabuloso que me hizo olvidar por un segundo mis ganas de volver corriendo a casa.
Todos charlaban amigablemente mientras comenzaban a tomar su lugar en la mesa, un enorme circulo de madera que el señor Roger presumía haber hecho con sus propias manos.Sally, la hermana pequeña de Fred, llevaba puesto un vestido de la cenicienta con una tiara que la hacía lucir muy dulce. El chico a su lado la alagaba mientras ella le sonreía con sus enormes risos rubios revoloteando en su cabeza.
Al fin de cuentas los Rogers no eran tan malos, y es que, aun cuando me tenían en aquella mesa junto a mi madre y llevaban más de un mes saludándome en mis paseos mañaneros, jamás nos juzgaron ni quisieron averiguar cómo había aparecido de la nada.
Mamá guardaba bien las apariencias. Ninguno de los allí presentes en aquella fabulosa mesa llena de manjares sabia de nuestro pasado, y aun así, se sentía como si los conociéramos de toda la vida.
― ¿Iras al baile de inicio de curso, Moly?―preguntó la madre de Fred mientras todos comenzábamos a disfrutar de la comida. Casi me atraganto con el pollo que masticaba―.Sería una buena oportunidad para hacer amigos.
― ¡Eso suena excelente!―alagó mi madre dándome un codazo suave―. ¿Por qué no me habías dicho que había una fiesta?
"Porque no quiero ir"
Tosí un poco para aliviar el malestar en mi garganta y poder intervenir.
―Me acabo de enterar hoy, mamá, además no creo que sea una buena idea asistir.
―Claro que lo es―se metió Fred a la conversación, mientras le ponía sal a una papa que estaba en su plato―. Las fiestas de la preparatoria son las mejores, incluso ahora en la universidad las extraño.
―Las fiestas no son lo mío―intenté parar el tema como si fuera posible sacárselo de la boca a mi madre después de ahora. De seguro me seguiría insistiendo hasta que me cansara y me entraran ganas de arrancarme los oídos, y luego, posiblemente, terminaría yendo con las orejas vendadas.
―Las fiestas son lo de todos, Moly, no seas tímida―agregó Laura.
―No soy tímida. Simplemente no se me da lo de bailar, y no creo encontrar a una pareja que quiera que le pise los pies toda la noche.Después de que las palabras salieran por mi boca me di cuenta del enorme error que había cometido al ver los ojos que pusieron mi madre y Laura.
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Un viaje al universo de tus labios
JugendliteraturCuando Nicolas da su último aliento en este mundo, una carta llega a manos de Moly, su nieta, la joven a la que dedicó su vida entera a herir, pidiéndole que se embarque en un viaje lleno de destinos impredecibles, como única forma de sanar su coraz...