Capítulo 5

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Un nuevo día empieza y no quiero ir a la facultad. Estos días no estuve yendo para no cruzarme ni con Lucas y mucho menos con Lola. Pero tengo que volver, esos parciales no se rinden solos.

Apago mi alarma por tercera vez, suspiro, me estiro en mis cobijas calentitas y me levanto para darme una ducha y seguir.

Mis ánimos, aunque siguen estando en el suelo, me fue de gran ayuda estar distraída con Martín, Tomás, Helena y Teo. Se turnaban para hacerme olvidar todo el dolor que sentía, pero creo que esa coraza, hoy va a desaparecer cuando los vuelva a ver.

Me baño lo más rápido que puedo y al salir de la ducha, me pinto mis ojos, para tapar las ojeras de no haber dormido bien. "Vamos Stefi, muéstrale lo que se perdió" me digo a mí misma y me sonrío en el espejo.

Salgo a mi habitación, abro mi ropero, me pongo unos vaqueros ajustados, una polera, una campera de cordero marrón clara, y mis botas. Me peino, me hago una coleta alta y conforme por como estoy, bajo para reunirme con los demás e irnos.

Bajo las escaleras y al entrar en la cocina, todos dejan de hablar y me miran.

— Si que sabes resaltar — me dice Teo y le sonrío.

Muevo un poco mi rostro y mis ojos se cruzan con los de Martín, que me mira sin decir nada y sin expresiones.

— ¿Segura que iras así? ¿Quieres hacerle creer que ya no te interesa y has seguido con tu vida? — me pregunta mi hermano y es cuando salgo de mi trance y lo miro para responderle.

— No creo que esté yendo muy arreglada, siento que voy normal — contesto y se miran entre sí, menos Martín que me sigue examinando.

No soporto mucho más la tensión, busco mi taza de café y me adelanto al comedor.

— Bien que te fuiste porque Martín te está comiendo con los ojos y Tomás se dará cuenta — me susurra Teo caminando detrás de mi y se desvía al baño.

Me veo en el espejo de pared y caigo en que mi atuendo marca todas mis curvas, en especial mi trasero y me enderezo satisfecha con lo que veo.

— ¿Vamos? — pregunta Helena bajando las escaleras — Wow hermana, tu sí que quieres llamar la atención de todos y vengarte — me dice y la empujo suavemente.

— Ya, no es para tanto. Vamos — digo y los demás se acercan a nosotras. Salimos por la puerta de entrada y nos dirigimos al carro de Martín.

— Deberías ir tu adelante — dice Teo y Martín lo mira fijamente.

— Si, eh, si quieres puedes ir adelante — dice Martín mientras se sube y no voy a desaprovechar la oportunidad de ir como copiloto, el mejor asiento en el coche.

Nos sentamos juntos y los demás detrás, peleando entre ellos. Mientras, antes de arrancar, busco música y encuentro "Call out my name" de The Weekend y no puedo no seleccionarla y subir el volumen para no escuchar más nada que no sea la música inundando mis oídos.

De repente escucho a Martín a mi lado cantar y lo miro extrañada, ya que no sabía de su talento oculto. Me descubre hipnotizada mirándolo y me guiña un ojo. Aparto mi vista porque siento como puedo ruborizarme y finjo mirar la carretera, pero nada me importa menos.

Diablos, que me está pasando con este chico. Si bien, estos días estuvimos muy juntos, también con mis hermanos y Teo. Pero siento que puede poner mis nervios de punta.

— Llegamos — dice Helena saliendo disparada del auto, mientras nos saluda con su mano agitada y sale corriendo a su escuela.

Seguimos unas calles más hasta que paramos en el estacionamiento de la facultad.

Lo que me une a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora