La luz entrando por mí ventana me despierta. Giro mí cabeza para que mis ojos no duelan al abrirlos y ver la luz en directo.
Al darme vuelta lo veo a Martín, abrazado a mí y sonrío. Sonrisa que se esfuma en el momento en que recuerdo que mañana él se casara y yo me iré por un tiempo de aquí. No volveremos a estar así.
Acaricio su cabello, queriendo recordarnos así por siempre y tratando de grabar en mí memoria cada detalle de él al dormir.
— Mmm — se queja, lo estoy despertando, pero necesito que deje de sujetarme para poder ver qué hora es.
— Martín, tu celular estuvo sonando un par de veces, quizás es muy tarde.
— No me importa — dice más abrazado a mí y sin intención de levantarse, bufo de fastidio.
Acerque mí rostro más a él y lo beso, en las mejillas, la frente, la mandíbula, su boca una y otra vez cada lugar, sintiendo que empieza a sonreír y ahí sé que estoy ganando.
— Buenos días — le susurro mientras vuelvo a besarlo por todos lados, hasta llegar a su cuello y detenerme en él para darle mucha más atención que a su rostro.
— Si sigues así, lo menos que haremos será levantarnos.
Voy a contestarle, pero su celular vuelve a sonar. Me detengo y él se incorpora un poco fastidiado de por quién podría ser que esté molestándonos ahora.
Se acerca a su mesa de luz, agarra su celular y frunce el ceño antes de contestar.
"Papá, ¿Qué sucede?" Dice cuando contesta "Si, pero ¿Por qué me llamas? Ya sabemos los resultados" deja unos segundos en silencio hasta que me mira fijamente antes de seguir hablando "Tiene que ser una broma, ¿Estás seguro?" Mis nervios empezaron a subir de mí estómago a mí cabeza cada vez que veo como su rostro cambia de preocupado a tensionado y necesito saber que es lo que está sucediendo "Bien, gracias por avisarme, hablamos más tarde" termina diciendo para finalmente cortar.
— ¿Qué pasa Martín? — pregunto, pero el se queda unos segundos mirando un punto fijo antes de contestar, segundos que parecen eternos hasta que finalmente me mira y abre su boca varias veces antes de poder hablar.
— Stefi, mí padre llamo para decirme que... Maldición, no puede ser — maldice cortándose a si mismo y mis nervios están a flor de piel.
— Dime de una vez por favor
— Tu y yo no somos hermanos Stefi — dice sin más y enarco una ceja con confusión.
— ¿A qué te refieres con que no somos hermanos?
— Que no lo somos Stefi — dice levantándose y cambiándose a toda prisa.
— Pero ¿Cómo puede ser? - pregunto.
— Los resultados de tus hermanos conmigo dieron positivo, pero de ti conmigo dieron negativo, mi padre a llamado varias veces para asesorarse de que no haya sido un error y no lo fue, el resultado es negativo, no compartimos sangre tú y yo. Solo compartimos que somos hermanos de Tomas y Helena, nada más.
— Pero ¿Como? No puede ser. ¿Adónde vas? — pregunto porque lo veo por demás apurado.
— Al hospital y pedir las explicaciones necesarias de que fue lo que ocurrió.
— Espérame, iré contigo — digo, mientras me levanto para ir al baño y vestirme lo veo sentarse en mí cama y perderse en sus pensamientos.
Voy al baño, sin poder pensar mucho, peino mí cabello lo más rápido posible para sujetarlo en una coleta y que no se vea lo desprolijo que está. No pierdo tiempo maquillándome, simplemente me lavo el rostro y cepillo mis dientes.
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Lo que me une a ti
किशोर उपन्यासStefanía Scarpello tenía su vida resuelta. Un novio con el que planeaba mudarse a fin de año, unos amigos que la amaban y una pequeña familia que siempre la apoyaba. Pero llegará la traición, que cambiará todos sus planes, descubrirá secretos y enga...