Capítulo 16

1 0 0
                                    

— Stefi, dime que iremos a la montaña rusa, por favor — me dice Helena y volteo los ojos.

— Podremos ir donde queramos, nos dividiremos — dice Teo sabiendo que a mi mucho esos juegos no me gustan pero a ellos si — Helena y Vero, tienen que cuidarse y prometer atender nuestras llamadas, pueden ir ustedes dos por un lado, por otro iremos los tortolitos, Stefi con Lucas y Tomás conmigo — dice y le guiña un ojo que nos hacer carcajear ya que vemos a Tomás completamente ruborizado.

— Y faltamos nosotros — dice una voz por detrás nuestro que logra aparecer mi mal humor como por arte de magia.

— No puede ser — susurro.

— Juro que no tengo nada que ver — dice Lucas en mi oído y nos volteamos a mirar a Martín y Sofía que también habían venido.

— Nos contó Helena y Tomás que vendrían, nos pareció buena idea para venir e intentar llevarnos bien, después de todo, seremos familia en unos días. — dice Sofía y fulmino a mis hermanos con la mirada mientras ellos me piden perdón por lo bajo.

— No hay problema, pero nos estamos separando en parejas para hacer más fácil la noche.

— Quiero ir con Stefi — dice Martín y todos lo miramos sorprendidos — Es mi hermana y no hemos llevado el suficiente tiempo juntos, Sofía y Lucas pueden ir por su lado para entablar relación entre ustedes — termina diciendo esperando nuestras reacciones.

— No me parece apropiado — digo — Creo que tu deberías ir con Sofía y yo con Lucas.

— ¿Acaso tienen miedo de algo? — pregunta Martín mirándonos a Lucas y a mi

— Para nada — dice Lucas — Ve con él, al menos un rato y más tarde nos encontramos para estar juntos — dice para luego darme un largo beso en los labios mientras veo que Martín baja su mirada para no vernos, la vena de su cuello se tensa y nos separamos.

Veo como mi hermana se va con su mejor amiga, Teo con Tomas y Lucas con Sofia. Se que tengo que decir o hacer algo pero no se que exactamente.

— ¿Dónde quieres que vayamos primero mocosa? — me pregunta.

— Mmm, a aquellas tazas — le digo señalando una rueda enorme que gira con tazas en su centro, donde la gente va sentada y desde la punta se puede observar toda la ciudad.

— Es un juego para niños — me dice y lo miro enojada.

— Si no te gusta puedes ir tu solo a otro, no es obligatorio que estemos juntos — le contesto de mala forma y empiezo a caminar hacia mi objetivo, la rueda de tazas como le llamo yo.

— Tranquila mocosa, dije que es para niños, no que no me subiría — me dice viniendo detrás de mi a paso rápido para posicionarse a mi lado.

No le contesto, porque realmente no quiero tener una conversación con él, no después de todo lo que me dijo y lo que hizo en estos días y lo que queda por venir.

— Dos boletos por favor — pide cuando llegamos al principio de la fila que no era mucha la verdad y una vez que paga, nos sentamos en la taza que nos toca.

Cuando los lugares terminan de llenarse, empieza a moverse y disfruto del viento entrando por mi piel y del paisaje que tengo frente a mis ojos.

— ¿Hermoso, no? — se me escapa preguntarle

— Como tú — me dice Martín acercándose a mi y me tomo unos segundos antes de contestarle.

— ¿Qué es lo que quieres Martín? — le pregunto.

— ¿A que te refieres?

— A esto, no es necesario que pasemos tiempo juntos, me conoces y yo a ti. ¿Por qué hiciste esto? — lo enfrento y espero a que me conteste.

Lo que me une a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora