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Era como si toda su existencia hubiera desaparecido, no lo encontraban y ya iban dos días. Ella se mantuvo en el estación lo más que podía pues no había a donde ir.

Al tercer día donde ya está a nada de irse para buscar el camino de vuelta a un lugar confiable el mismo hombre que la llevo a esa casa apareció.

—Les agradezco su ayuda.

—¿Todo está bien en la familia Min?

—Si, el señor salió de viaje con urgencia y olvidó su teléfono. Lamento los inconvenientes.

—De acuerdo...sobre ella...

—No tiene que preocuparse...me encargaré de llevarla a casa.

—¿Seguro? El señor Min nunca dejaría a su esposa a la deriva, si quiere divorciarse yo conozco a un abogado...

—Solo fue un mal entendido y al no saber con exactitud a dónde iría ella fue el motivo de nuestro retardó pero no sé preocupe mi jefe se disculpara adecuadamente con su mujer... nuevamente les agradezco su ayuda.

Fue así que NamJoon se acercó a ella para después indicarle a dónde ir, salieron de la estación para después subir al auto que se encontraba frente a ella y fue en ese momento donde ambos estaban solos que ella hablo.

—¿Que sucede?

—Nada.

—¿Nada? Dejarme sola en un lugar que no conozco y abandonar me durante casi tres días es  ¿nada?

—Tendra una explicación una vez que lleguemos con el señor.

—Bajame...si realmente mi presencia es tan innecesaria entonces déjame aquí.

—Le recuerdo que fue comprada.

Fue así que ella guardó silencio durante todo el viaje, miro por la ventana como la cuidad iba desapareciendo e iban apareciendo la flora y fauna que resguardaban aquel lugar.

No tardaron mucho en llegar y así como el auto se detuvo ella bajo, entro a la casa buscando al hombre encontrando lo junto con otras personas.

Ella lo miró enojada mientras él solo sostenía su mirada, se dió la vuelta y se alejó sin quererlo realmente, quería insultar lo y golpearlo,había accedido a ayudarlo incluso sin saber nada pero él había excedido un límite que ni ella sabía que tenía.

Cuando la noche cayó la puerta de su habitación fue tocada, ella no hablo pero si camino duramente hasta ella abriendo de golpe asustando al hombre por la reacción.

—No me trates como un animal que puedes dejar abandonado en cualquier lugar, accedí ayudar te con lo que sea que tengas planeado pero...no voy a permitir que me trates de esta manera...¿quieres mi ayuda? Entonces dime tú maldito plan.

Sold Donde viven las historias. Descúbrelo ahora