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Un nuevo día surgió Haimi estaba en la sala esperando a que YoonGi bajará y después de minutos él apareció pero así como ayer huyó al verla.

—¿Puedes detener te?

—No hables.

Para su caminar mirando la seriamente para después observar a su alrededor.

—No hay nadie... absolutamente nadie...ayer no terminamos de hablar.

YoonGi suspiro —Él sabe que lo busco, sabe que quiero obtener lo todo...y la única forma de llegar a mi es teniendo aquello que amo....

Escuchó sus palabras y se quedó con las últimas. Su mente se preguntaba si ella estaba incluida en ello.

—¿Que tengo que ver yo?

Él se rió mientras pasaba su mano izquierda por su cabello alborotando lo para después mirarla de nuevo —Creo que mis palabras han sido muy directas Haimi.

Ella se quedó mudo al verlo de esa forma y torpemente hablo —Y-yo....¿T-tu me amas?

Pero él no respondió, solo alzo su mano quitando esos mechones de cabello que caían a cada lado acercando su mano a su mejilla tocando tenuemente aquella parte de su piel. Deslizó sus nudillos hasta llegar al filo de su mandíbula.

—¿Tu que crees?

—Diria que he perdido la cabeza...

—Entonces...seremos dos locos.

Ella se acercó queriendo sentir lo más cerca pero nuevamente se alejó como si fuera veneno para él.

—Dejemos esto aquí...tu y yo debemos planear una buena jugada así que esperemos a qué Kim llegue.

Se alejó saliendo de la casa sin mirarla nuevamente.

Haimi suspiro agotada, era difícil acercarse a él y cuando lo lograba huía de ella, se alejaba y volvía a poner ese muro invisible que costaba subir.

Se dió la vuelta pero se detuvo a la mitad de su camino, aquella habitación de rosas y hierba seca le llamaba. Observo a su alrededor y sin dudarlo entro ahí, todo estaba igual a excepción de una rosa, está empezaba a tener un color rojo más vivo mientras las demás aún se encontraban muertas.

Con cuidado paso su mano sintiendo la suavidad de esta y sonrió viendo la vida surgir de esa habitación donde la muerte se observaba en cada rincón.

—Bienvenida a la vida florecita.

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