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Frente a frente estaban, Haimi se mantenía con los brazos cruzados mientras seguía de pie, por otro lado YoonGi caminaba lentamente hasta acercarse a ella.

—Hay un hombre...que me hizo mucho daño...

—No pares.

Él suspiro bajando su rostro para lentamente volverlo a subir, sus ojos se conectaron dejando ver la profundidad de los suyos y como estos se oscurecian mirando la.

—Él junto con mi padre hicieron cosas asquerosas, jugaron sus cartas incluso ocuparon de mi para lograr cualquier cosa que quisieran, me hicieron daño... demasiado y lo único que busco es quitarle todo lo que alguna vez amo, dejarlo sin nada pidiendo a rastras perdon...para el final tener su vida entre mis manos.

La forma en que sus ojos parecían transformarse en un pozo de odio no la asustó, Haimi no podía apartar su mirada,no podía alejarse mientras él se acercaba hasta estar justo a un paso de ella.

—Entonces...¿Que tengo que ver yo?

—Demasido...todo mi mundo.

Su respiración quedó en pausa mientras sentía su corazón acelerar se.

—¿Tu mundo?

—Nos hemos visto antes...muchos años antes y desde ese día...oh Haimi...eres una mujer peligrosa y es por eso que debo tener cuidado contigo o...

—¿O que?

—Podria hacerte dañó.

YoonGi la veía, su rostro se iba pintando de un tono rosado ,sus labios empezaban a enrojecerse por sus dientes apretando los. No entendía su cambió, todo lo que sucedía era serio y ella simplemente lo confundía.

—YoonGi...

—No digas mi nombre.

Un escalofrío lo recorrió por completo haciendo palpitar aquella parte que durante años se mantuvo sin vida.

—Dime que harás conmigo...¿que me harás YoonGi?

Haimi estaba en una nube de excitación y hasta ella misma no podía entender porque había sucedido, por qué todo lo que veía en él la hacía sentirse así y por qué no podía huir con miedo como se supone que debería de ser.

—YoonGi...

Fue ahí que su mundo volvió de golpe a la realidad, YoonGi se alejó de manera brusca saliendo de la habitación, Haimi por fin podía ver con claridad la situación.

—¿Que demonios me pasa?

Tomo su cabeza entre sus manos tirando su cabello con algo de fuerza mientras se agachaba para quedar en un ovillo tratando de ocultarse de todo.

Cada día era más extraño que el otro, no sabía que sucedía con ella misma y por qué todo la existencia de ese hombre parecía un imán para ella.

Sold Donde viven las historias. Descúbrelo ahora