Capitulo 17.

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Anylen

Juanita guisaba delicioso, pero definitivamente extrañaba la sazón de mamá. Cocinó un delicioso pozole acompañado tostadas.

El pozole no era una buena opción para comer en Costa Quebrada. Los granos de maíz hervido con carne de puerco o pollo eran riquísimos en tiempos de frio o en lugares no calurosos.

-Todo estuvo muy rico -Thiago agradeció a mamá.

-¡Qué bueno que le ha gustado! -Mi mamá sonreía extensamente-. No sabía que platillos comía y me pregunté ¿A quién no le gusta un pozole?

-No tenía que preocuparse como de todo -Buscó mi rostro rozando su brazo ligeramente con el mío-. Luego voy con Any al pueblo a comer tacos, chalupas, elotes y más cosas.

-Si -Sonreí al recordar nuestras tardes juntos-. Es un riquillo, pero ni parece -Mi familia empezó río.

-Liquillo -Luisito repitió con una carcajada, sin poder pronunciar la r.

-Sus padres hicieron un excelente trabajo educándolo -Mi mamá no sabía la historia de Thiago.

Apreté un poco los dientes y me puse tensa, Thiago asintió. Pensé que se incomodaría.

-De hecho, fue por mi mamá -Sonrió orgulloso mirando a mi mamá.

-¿Oye ma y mis medallas? -Cambié el para que mi mamá no lo cuestionara más.

De pequeña gané varias medallas en natación, mi papá las colgaba en la sala y otras en mi cuarto. Desde que regresé a casa no vi ni una, sentí la mirada curiosa de Thiago, esos ojos azules eran difíciles de no sentir.

-Las hemos guardado -Interrumpió Diana sentada enfrente de mí-. En una caja.

-¿Qué? ¿Por qué? -Estaba desconcertada, desde que tengo memoria estaba expuestas en la casa.

-Porque se van a dañar, ya no hay quien las limpie, guardadas se mantendrán mejor -Curveó ligeramente sus labios.

-Si hija no te preocupes están bien guardadas.

Asentí mirando al suelo haciendo una mueca de lado.

-Pasen los platos -Dijo Beto desde su lugar.

Puso los platos unos sobre otros, los llevó al lavadero, Thiago se levantó y tomó los vasos yendo atrás de él.

-Ahora nos toca lavar los platos suegra.

-Pero Santhiago es invitado -Mi mamá siempre ha sido tan servicial.

-Me están dando posada -Thiago se giró a verla con su linda sonrisa-. Mínimo debo lavar los trastes -Su rostro volvió al fregadero.

Ella asintió y se fue a regar sus plantas, parecía que su sonrisa hipnotizaba a las personas o por lo menos a las mujeres,

Diana tenía mala cara, unas líneas entre sus cejas se marcaban con brusquedad, durante toda la comida vio raro a Thiago.

-¿Qué te pasa? -Le pregunté susurrando.

-¿A mí? -Curveó ligeramente sus labios en forma de burla.

-Si, ¿Ves a alguien más?

-Estoy pensando hermanita que tu "amigo" -Cruzó dos dedos sobre su cabeza-. Y tú se llevan muy bien -Se acercó por encima de la mesa y yo hice lo mismo, al parecer no quería que los demás escucharan-. pero ¿no será que es por qué te recuerda a Martin?

«¿Qué?»

Mi boca se entreabrió no sabía de qué hablaba, primero la discusión por el cuarto, luego lo de las medallas y ahorita esto.

Todas las flores tienen espinas. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora