Capitulo 7.

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Anylen

La presión en mi cabeza se extendía por el interior de mi cráneo de atrás hacia adelante como si mi cerebro estuviera rebotando una y otra vez. Entreabrí los ojos y me senté sobre la cama.

«¿Cómo llegué acá?»

Distinguí una silueta conforme abría mis ojos, enfrente de mi estaba Thiago sentado en el sillón, no pude evitar sacar un gritó, se levantó de inmediato un poco sobresaltado. Vestía con la misma ropa de ayer.

-¿Qué haces aquí? -Pregunté sin entender, mis brazos nadaban en un par de mangas largas, el olor a perfume caro invadió mi olfato. Por debajo de las cobijas mis manos revisaron que tuviera puesto el vestido.

Como pude alisé mi cabello, Thiago estaba cerca de mí, probablemente mi cara hecha un desastre y mis mejillas ardieron al sentir el camino de saliva seca regada por las comisuras de mis labios.

-Any ¿Cómo te sientes? -Se acercó mirándome fijamente a los ojos como si estuviera buscando algo. Tomó mi mano recogiendo las mangas largas para checar mi pulso, mientras lo hacía miró mis labios, no pude evitar ver su cabello despeinado-. ¿Recuerdas lo que pasó ayer?

-No -Giré mi cabeza para el otro lado intentando quitar la saliva seca-. solo me duele la cabeza -Sus ojos estaban cansados.

Suspiró -¿Nada? -Era difícil de entender lo que su rostro me quería decir.

-Recuerdo que llegamos a la fiesta, jugamos a la botella -«Te beso una chica, me beso Mateo...»-. Me salí cuando te fuiste con Kenia al armario, me faltaba el aire de ahí en fuera no recuerdo más... ¿Por qué? -Abrí los ojos de tan solo pensar que hice algo indebido-. ¿Hice algo malo? ¿tomé de más?

-Para nada, tomaste una bebida con estupefacientes y supongo que jamás te has drogado -Negué con la cabeza-. Te quedaste dormida.

-¿Me trajiste hasta acá? -Dije un tanto apenada y aliviada porque no hice algo malo-. ¿Cómo me encontraste?

-Bajé a buscarte -Hizo una pausa y respiró hondo-. Cuando me acerqué me dijiste que te sentías mal y vi tus pupilas dilatadas, te llevé al carro y te traje acá, si me quedé en tu cuarto fue para monitorear tu estado, por cualquier cosa que se presentará.

«Me fuiste a buscar después de besuquearte con Kenia, sino es que hasta se...»

-Gracias -Apreté mis labios y evité su mirada, a veces si actuaba como una niña tonta.

Asintió y se dirigió a la puerta, la abrió y se quedó parado un segundo

-Any, lo que pasó no es tu culpa -cerró la puerta detrás de él.

Me acosté nuevamente en mi cama pasando las magas de la camisa por mi nariz, el aroma de Thiago me gustaba.

No fue buena idea asistir a esa fiesta. En la preparatoria no tenía tiempo y no me invitaban, por eso acepté ir con Thiago quería sentir lo que era divertirse por un rato, tal vez sentirme un poco grande.

Revisé mi celular tenía un mensaje de mi hermana.

Sam: Chaparra te mando la invitación de mi boda. Puedes llevar a un amigo y no olvides invitar al médico con el que vives, quiero conocerlo. Beto me contó que fueron buenos amigos en la universidad. Te quiero. Besos.

La invitación virtual era una combinación de letras negras con rojas en un fondo blanco, al último una foto de mi hermana y mi cuñado.

Bajé a la cocina para buscar algo que me quitara el dolor de cabeza.

Thiago estaba sentado en el comedor de la cocina, me serví una taza de café cargado, sentía que la cabeza me explotaría.

-Debes de tener cuidado cuando vayas a las fiestas -Thiago me miró-. A los de primer año se les hace fácil combinar sustancias.

Todas las flores tienen espinas. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora